Cuando Félix Jiménez (Felucho) expresó que “este  no es el tiempo de Fernández” (Leonel), fue como si soltara un torpedo en una granja avícola o auspiciara a una vedette curvear la cintura en un convento de novicias, en esa logia hermética que es el Comité Político del PLD.

Además de que “quien no vive para servir no sirve para vivir”, don Juan Bosch, quien es un referente de honestidad y cultor de los derechos individuales como pocos gobernantes, inculcó la disciplina, el orden y la discusión interna de los asuntos importantes del PLD, una versión popular de “barrer para adentro”.

Felucho, como es generalmente conocido, uno de los “golden boys” del luminoso escritor que ha deleitado a tantos por tanto tiempo, aparte de externar su “dolín”, que lo tiene, en contra del ex presidente Fernández por sustituirle de Turismo por algunos manejos que inclusive divulgó Julián Assange en Wikileads, es evidente que se decantó por pico de ganso, al renegar por primea vez de forma abierta de su anterior protector.

También se unió al graznido de ganso Temístocles Montás, el inefable Temo, básiga y uña y carne del ex presidente Fernández al expresar “la conveniencia de la alternabilidad”, que no ubicó en ocho años seguidos de leonelismo, al frente de la Planificación del gobierno.

Son dos referencias importantes, que no pueden soslayarse ni pasar desapercibidas, porque trasuntan una estrategia secreta aún del presidente Danilo Medina de frente a los comicios de 2016, que  nunca es temprano para iniciar un proyecto para retener el poder, en este caso, propiciar un delfín, entendiéndose que el gobernante no osaría modificar la Carta Magna para reelegirse.