Proyectos culturales truncos

Proyectos culturales truncos

Nuestro país es el país de las medias tintas. Nunca hay nada claro en nuestro país. Nada transparente. Todo es siempre confuso. Todo el mundo tiene siempre a mano una excusa: No entendí, fue un malentendido, no te explicaste bien.

Estas excusas remiten siempre a la irresponsabilidad del sujeto que cree poder burlarse de los demás. Marrullas, patrañas de la pequeña burguesía entrenado desde el hogar para el engaño, para la trapisonda, para el trepadurismo, para el zarpazo oportunista, para la retórica y la demagogia; para el hacer creer, para no ser su palabra y vivir siempre de la apariencia. Para el abrazo artero, para el guiño del ojo al que queda detrás del abrazado.

Ha vivido así nuestra pequeña burguesía desde el momento en que sintió la indefensión y el zarpazo artero del colonizador. Psicología formada a golpe de sablazos a partir de la coplilla atribuida al padre Vásquez y las muescas del bastardo Sánchez Valverde. La república surgió de una bastardía política: los trinitarios fueron proteccionistas y los hateros anexionistas y vendedores de los 48 mil kilómetros al mejor postor. Los dominicanos y las dominicanas descendemos de los proteccionistas y de los vendepatrias. No hemos podido deslindar las clases sociales. Están todas mezcladas. De ahí la dificultad. La oligarquía apostó a esa confusión. Intelectuales y generales maridados, periodistas e historiadores emparentados por lazos de sangre. Un organigrama oligárquico que incluye a pelafustanes y patricios. Esclavas y descendientes de esclavas ayuntadas con los amos produjeron una nobleza vergonzante que huía de sus orígenes y hoy los genealogistas la reivindican.

En fin, somos el país del 2009 y no hay nada más. Acéptelo si quiere, si no, lo deja, lo suelta en banda o se va al extranjero donde pueda quizás alardear y exhibir blasones. Pero aquí en Quisqueya, qué va gallo, qué va. Aquí no hay espacios para marquesados ni capitanes generales. La república enclenque decretó de un sablazo que no había espacio para nobles ni apellidos aristocráticos en de. El de solamente podían exhibirlo los que fueron esclavos de. La república no reconoce otras distinciones sociales que las salidas del mérito y….

Pero los valores están de capa caída. Nadie es su palabra. La corrupción es un modelo de acumulación de riquezas para la reproducción política. Se cansan los editorialistas y los articulistas con pedir el cese de la corrupción de los políticos y no ven que es la única forma de reproducirse en el poder.

Se cansan los editorialistas, los técnicos, los articulistas y las organizaciones no gubernamentales en exigir el cumplimiento de la ley que exige el por ciento del presupuesto nacional para la educación, los ayuntamientos y la universidad estatal. No editorializan que para el tipo de poder que nos gastamos hoy, la educación es un gasto superfluo. Que el Estado santanista solamente invierte en lo que sea sostenible y productivo al sector de clase de la economía globalizada.

La Biblioteca Nacional, donde iban a estudiar miles de estudiantes de primaria y secundaria, está cerrada hoy, y la demagogia dijo que estaría abierta en menos de un año. Mientras la biblioteca “Juan Bosch”, de Funglode, anuncia que dispone de más de 150 mil volúmenes para los que deseen ir a consultarles, siempre que no vayan en “jean” ni tenis, sino con chaqueta y Florshein Imperial. Ese es el modelo de biblioteca de la acumulación originaria. Ya no son necesarios esos compañeritos de la base que mendigaban dinero en las esquinas con una latica en mano. Hoy se necesitan chamaquitos con afeites y ademanes raros dispuestos a convertirse en prebostes o “videurs” de los mal vestidos, porque sucede que la biblioteca “Juan Bosch” es una biblioteca de la acumulación originaria y para la reproducción del tipo de político corrupto. En ese lugar no se admiten tipos desarrapados y raros.

Ingenuos editorialistas y articulistas, siempre que no sean consejeros gratuitos del Poder y sus instancias, pegan el grito al cielo para que se le ponga coto a la corrupción. ¿Y no se han dado cuenta esos periodistas y articulistas que la corrupción está indisolublemente ligada a la reproducción de los políticos en el poder? ¿No se dan cuenta esos editorialistas y articulistas que los políticos dominicanos que no tienen industrias, empresas, bancos, financieras, fincas, ni patrimonio familiar no pueden reproducir sus condiciones materiales de vida si no es a través de la corrupción? Por Dios, no seamos ingenuos o maliciosos. ¿Y no han visto los editorialistas y articulistas la connivencia que se teje entre los políticos criollos y las élites del país para apañar la corrupción de los políticos? Unos y otros se necesitan para la labor de esquilmar a los paga impuestos.

Van de pueblo en pueblo esos políticos y ofrecen comenzar, inaugurar o terminar obras y tan pronto salen del villorrio se ríen de sus fechorías. Como en el caso de la Casa de la Cultura de Hato Mayor, esqueleto levantado desde hace más de un año y no se termina. El dinero que se invierte en cultura verdadera es un gasto improductivo. De ahí la demagogia de las promesas. Pero en Venezuela las orquestas sinfónicas y juveniles han demostrado que no es un gasto improductivo. Su presentación en Atlanta y Alemania mostró que no es un gasto improductivo. La demostración del director Dudamelo en diferentes escenarios musicales del mundo demuestra que la inversión en la cultura no es un gasto improductivo.

Y nuestro país y Venezuela son tan tercer mundo como cualquier otro. No hay excusa etnocéntrica que valga. La única diferencia entre los dos países es que el nuestro es el país de las medias tintas. Nunca adopta decisiones, y cuando lo hace es presionado por poderes externos. Y así no se construye ninguna especificidad política, social y cultural. Por eso hasta hoy somos como país algo parecido a la indistinción. Por eso encuentra usted en esta tierra un partido yanquista, un partido bolivariano y, dentro de poco, un partido anexionista, un partido proteccionista y un partido pro haitiano o español.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas