Proyectos económicos sostenibles para los pobres

Proyectos económicos sostenibles para los pobres

POR ISAOLYM MIESES
La gente del Fondo de Inversión para la Protección Ambiental (FIPA), no está de acuerdo con la popularizada afirmación de que “los pobres no pueden conservar el medio ambiente”. Y para demostrarlo ya cuentan con 26 testimonios de pequeños proyectos de producción en armonía con el ecosistema, en las áreas de energía renovable, ecoturismo, protección de aguas, manejo de residuos sólidos y producción orgánica.

Estos “pequeños” proyectos son considerados como “pilotos” ante el reto de extender su ejecutoria y dado que las presentaciones de propuestas sobrepasan, con mucho, los objetivos financieros del programa en su etapa actual. Sin embargo, se mantienen optimistas con la idea de que irán apareciendo otros aliados y, especialmente, más donantes. Pero sobre todo, se muestran satisfechos con los logros obtenidos y los aportes de este programa al desarrollo sostenible del país, de cara a la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos Centro América y República Dominicana (DR CAFTA, por sus siglas en inglés).

El FIPA, componente del Proyecto de Fortalecimiento de las Políticas para la Protección Ambiental (IEPEP/USAID), es ejecutado conjuntamente por la consultora internacional Resources Group (IRG) y Alianza ONG. El proyecto cuenta además con la participación de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Cuenta con el auspicio de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Tiene como objetivo principal involucrar a diferentes actores de la sociedad civil en acciones que protejan el medio ambiente y que sean sostenibles en el largo plazo.

Estos primeros proyectos constituyen experiencias pilotos que se desarrollan en diferentes provincias del país con un aporte que asciende a los RD$ 42.6 millones de pesos y una contrapartida que supera los 71.5 millones.

Durante el taller de intercambio de experiencias, celebrado recientemente en el Centro Salesiano de Pinar Quemado, en Jarabacoa, representantes de los 15 proyectos de la primera convocatoria tuvieron oportunidad de exponer sus logros, y las dificultades enfrentadas, los representantes de los 14 proyectos aprobados en una segunda convocatoria.

Entre las entidades apoyadas por el FIPA figuran Plan Sierra, Los Montones, Junta Yaque, JAD, Paraíso Caño Hondo, Sodin, Savamaca, Asociación de Hoteles Romana Bayahiba, Fama, SSID, Junta Yaque y Aporli.

Un uso eficiente

Duty Greene, asesor de Políticas económicas de la USAID, dijo que este programa persigue aumentar las oportunidades económicas sostenibles para los pobres a través de una economía más competitiva, un régimen regulador ambiental que funcione de manera efectiva, tanto a nivel nacional como local, y un buen nivel educativo de los ciudadanos. “Todos estos son elementos claves para que la República Dominicana pueda competir ventajosamente con otros países de la región”.

Explicó que el FIPA complementa otros proyectos, como son los clusters de competitividad en turismo, ecoturismo y café, entre otros.

William Kaschak, director del proyecto IPEP por la empresa consultora IRG, explicó que los proyectos FIPA cumplen dos requisitos primordiales. Uno de ellos, que tengan impacto positivo en el medio ambiente, mediante el uso más eficiente de los recursos ambientales. “Por ejemplo, proyectos de beneficiados de café o de generación de energía que, entre otras cosas, protegen las cuencas”.

Señaló que el segundo requisito para participar debe consistir en proyectos que muestren sostenibilidad financiera. “De alguna manera están participando en los mercados. Proyectos como la producción de carbón a partir de jícara de coco, están generando un producto de una manera amigable al medio ambiente o están suministrando algún servicio que tiene que ver con el uso sostenible de los recursos y la protección del medio ambiente”.

Odalis Pérez, oficial ambiental de la USAID, resaltó los factores que hay en cada uno de los proyectos para su sostenibilidad en el tiempo y ponderó cómo cada uno de ellos contribuye con la prosperidad en el nivel local, que a su vez contribuirá con la prosperidad del país en el nivel regional y  nacional. “Sobre todo ahora que el país entra en la ejecución del Tratado de Libre Comercio, ver qué perspectivas se abren por esa vía y cómo acciones como estas, que son simplemente especies de proyectos pilotos, pueden contribuir a que se amplíe el concepto, especialmente en esas áreas donde hay mayor potencial de competitividad”.

Explicó que uno de los valores de estos proyectos son muestras de mecanismos voluntarios de protección ambiental. “Es decir, que no tiene que venir la policía de medio ambiente a cerrar fábricas, por ejemplo, si no que la Secretaría de Medio Ambiente se ha asociado con estas organizaciones para que, al mismo tiempo que le permite producir para comer, protejan el ambiente y sus fuentes de agua”.

Dijo que estos proyectos contribuyen de manera significativa, a través del ejemplo, a los diferentes clusters de competitividad que en diferentes áreas apoya la USAID a través del objetivo estratégico.

Greene enfatizó, por su lado, que para la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) es sumamente importante apoyar al gobierno y al pueblo de República Dominicana, en ese sentido de proteger el medio ambiente y buscar nuevas maneras de hacer las cosas de manera eficiente.

Explicó que el Gobierno de Estados Unidos tiene el interés de promover las exportaciones y mejorar el intercambio entre los Estados Unidos, América Central y República Dominicana. “Para entrar en este mercado norteamericano, tenemos que buscar nichos de negocios. Y esta es la manera como podemos competir”.

En adición, explica Pérez, en el acuerdo de libre comercio hay un capítulo ambiental, al cual cada país debe ponerle atención. Justamente con la asistencia técnica que tenemos en la USAID para el país, aportamos en esta dirección: “Apoyar el país para prepararse para el cumplimiento. Al mismo tiempo este tipo de proyectos son demostraciones de que sí se puede y de que se está cumpliendo al menos en alguno de estos aspectos”.

Proyectando en el tiempo la continuidad del apoyo a estos proyectos, esperan encontrar otros aliados y donantes para poder garantizar el financiamiento, explico Greene. En la búsqueda por expandirse, esperan también poder encontrar aliados en el sector privado, empresas que se motiven a apoyar el desarrollo del país con una perspectiva medio ambiental.

Responsabilidad Social

Uno de los valores que se le inculca a los participantes en el Fondo de Inversión para la Protección Ambiental (FIPA), es el de la responsabilidad social.

Según expuso Addis Then, directora ejecutiva de Alianza ONG, este concepto incluye el respeto a principios éticos, el bienestar de los recursos humanos, la defensa del medio ambiente, el servicio a la comunidad y el cumplimiento de las leyes. “Es la capacidad de entender y dar respuesta al conjunto de solicitudes que los diversos entornos le piden a la empresa”.

Una empresa que pone en alto su responsabilidad social debe incorporar a su misión y visión valores éticos, como honestidad, justicia y solidaridad. En materia de medio ambiente debe tomar en cuenta minimización de residuos, prevención de la contaminación y uso eficiente del agua. Mientras que en el ambiente de trabajo debe garantizar el respeto a la diversidad, así como a la legislación laboral, y debe promover el trabajo voluntario, entre otros aspectos.

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