PRSC: Consenso a confederación

PRSC: Consenso a confederación

Una decisión atinada ha sido tomada, ¡por fin!, por la cúpula del PRSC: Consensuar una directiva a refrendar mediante Asamblea, como manda la Ley Electoral, en lugar de primarias tradicionalmente provocadoras de divisiones.

Esta decisión puede imprimir tal dinamismo al reformismo que cambie la suerte de la nación si es que pasos ulteriores consolidan una identidad reformista socialcristiana con ganas y garras de gobernar por si mismo.

El primero de ellos tiene que ser internalizar que el consenso no significa unanimidad si no, como reza el diccionario, asenso o consentimiento entre personas de una entidad. Esto a propósito de la oposición a lo acordado por parte de aspirantes presidenciales que ocupan puestos gubernamentales.

Esta oposición valida nuestra propuesta de adoptar una superestructura confederada como vía para hacer valer la presencia reformista – socialcristiana en el espectro político nacional: equilibrando nuestra democracia para así mejorarla, y aportando fórmulas para superar la situación actual dentro de la crisis readmitida por el Presidente Fernández en su  reciente presentación pública.

El objetivo inmediato de ésta Confederación sería estructurar una boleta electoral que brinde la oportunidad de participar en las próximas elecciones congresionales y municipales a candidatos reformistas – socialcristianos; independientemente que se hayan mantenido o no en la institucionalidad, que se hayan desprendido hasta formar movimientos periféricos incluyendo otros partidos con los que pueden federarse;  e incluso confederarse con aquellos que, abrazando el socialcristianismo o consignas ambientalistas consustanciales, se han agrupado en torno al denominado bloque progresista o al PRD.

No visualizamos otra vía para canalizar aspiraciones de reformistas – socialcristianos. Las puertas del PRD le resultan selladas por el sabor amargo dejado por la Alianza Rosada que permitió la elección de algunos que hoy se identifican con el Gobierno. La posibilidad de una alianza formal con el PLD debe descartarse a juzgar por  pronunciamientos de sus dirigentes, testimoniados por precedentes como el  del 2006. Una alianza o apoyo directo del Gobierno traduciría conflictos como ilustra el aflorado en torno a la senaduría de San Juan.

Una confederación reformista – socialcristiana concurriendo sola a las elecciones impulsaría la consolidación y mejoramiento del sistema de partidos, hoy bajo mirilla, que se perfeccionaría en beneficio del Bien Común. El PRD percibiría mayores posibilidades ante un reformismo independizado del PLD y éste se sentiría liberado de las pretensiones reformistas a su costa. Hasta el Presidente Fernández pudiera sentirse complacido al disponer colaboradores repartidos en distintas canastas.

De seguir atinando el PRSC, pasando del consenso a la confederación, las escalinatas del Palacio Nacional pudieran recibir pisadas reformistas en el 2012.

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