Héctor Minaya en su artículo publicado el pasado 15-9 en El Nacional titulado “Bosch pacta con Balaguer…” nos deleitó con el texto del telegrama que el primero enviara al segundo el 18-10-61, donde justificaba su regreso en el “Propósito Fundamental Colaborar Progreso Democratización Según Lineamientos Nuestras Conversaciones Nueva York”; conversaciones aparentemente sostenidas en ocasión de la presencia de Balaguer en la Asamblea de las Naciones Unidas de 1961.

Esta colaboración, ejercida por Bosch desde la oposición, evidenciando altura y desprendimiento ante situaciones críticas, debe ser emulada por los actores presentes receptores de los respectivos legados de ambos líderes, puesto que nuestro progreso democrático sigue requiriendo colaboración entre políticos, gobernantes y opositores.

Hoy el requerimiento no se centra en superar los residuos dictatoriales de aquellos tiempos, sino en capacitar nuestra democracia en satisfacer cada vez más todas las necesidades de todos los dominicanos en una sociedad informatizada y mediática que demanda adecuada y exhaustivo conocimiento y explicación de criterios y factores envueltos en procesos económicos conducentes a satisfacer necesidades; en circunstancias que informes sobre nuestra economía no se compadecen con estas exigencias de la democratización progresiva.

Es el caso del informe del Banco Central enero-junio 2014. Cambiar base de medición del PBI, puede llevar a falsas creencias que aumentamos producción; como si la temperatura aumentara al medirla en Fahrenheit en lugar de Celsius.

Extraña seguir midiendo el PBI en Administración Pública, salud y educación incluidas, por el incremento de empleados cuando otras instancias advierten que la mucha burocracia obstaculiza servicios. O medir el crecimiento del PBI en transporte por el mayor número de vehículos, privados incluidos.

Algunas inseguridades preocupan: ¿Cómo nuestra economía crece y la producción energética cae? ¿Cómo disminuyen importaciones de combustibles, petróleo y gas, en una economía creciendo, cuando no percibimos cambios ni iniciativas significativas e inmediatas conducentes a eficientar y disminuir uso y consumo?

Al decir de Shakespeare en Hamlet: Algo huele mal.

Nos preguntamos a futuro: ¿Cómo incrementar producción si los préstamos personales de consumo constituyen un 45% de lo prestado a agricultores e industriales?

Y sobre todo ¿Con qué recursos podrá el Estado satisfacer necesidades si necesitó RD$22500 millones prestados para poder cumplir cargas fijas durante ese semestre? Como la balanza de pagos, cuyas rentas e intereses ya son mayores que inversiones recibidas, podrá financiarse en circunstancias que capitales financieros presentan señales endógenas y exógenas de alzar vuelos?

Corregir situaciones como estas es fundamental para que progrese nuestra democratización, siendo imprescindible la colaboración de todos los dominicanos. Y obligatorio para el PRSC para corresponder a la colaboración que Bosch, siendo opositor, prestara a Balaguer para democratizarnos en 1961.