PRSC, la tercera será la vencida

PRSC, la tercera será la vencida

POR JUAN BOLIVAR DIAZ
El infantilismo democrático o el déficit de cultura democrática de la sociedad dominicana, arraigado especialmente en sus partidos, ha tenido una nueva expresión obligando a aplazar por tercera vez la elección de los órganos directivos del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC).

Ahora los reformistas se han dado otras dos semanas para ponerse de acuerdo, especialmente sobre el padrón de miembros que sigue siendo la piedra de contradicción de dos de los tres candidatos a presidir el partido que dominó el gobierno de la nación en las tres décadas posteriores a la última ocupación militar norteamericana.

El desafío es mayor para el partido colorado, ahora que las otras dos organizaciones políticas mayoritarias, con sus altas y bajas, van concluyendo procesos paralelos de reformas democráticas y elección masiva de sus dirigentes a nivel nacional.

El último tropiezo

Cuando varios dirigentes, incluso de la Comisión Organizadora de la Asamblea, estimaban que sería catastrófico un nuevo aplazamiento, la mayoría optó por el mismo, convencidos de que era preferible un nuevo esfuerzo conciliatorio en aras de la unidad del partido.

Se trata de culminar un largo proceso que se inició en los meses finales del 2004 y que incluyó una reforma estatutaria en marzo último para tratar de colocar el partido en capacidad de correr ahora sin la muleta del caudillo del que dependió desde su fundación en 1964.

En principio la asamblea eleccionaria había sido fijada para el 10 de abril, siendo convocada luego para el 22 de mayo. Después fue aplazada para el 26 de junio, y ahora para el 10 de julio próximo.

 Entre muchos reformistas consulta dos, como en la opinión pública, prima la consideración de que esta fecha será la definitiva, que deberá marcar una exitosa asamblea eleccionaria o vendrá luego el crujir de dientes, porque el cuerpo partidista no resiste nuevas fragmentaciones, la última de las cuales tuvo efecto para las elecciones del año pasado, cuando el sector encabezado por el ex-vicepresidente Carlos Morales Troncoso respaldó la candidatura presidencial del Partido de la Liberación Dominicana.

Entre los reformistas se cruzan todo género de acusaciones. Hay quienes siempre han considerado precipitado el proceso eleccionario; no faltan los que creen que el aplazamiento debió ser por dos o tres meses, pero otros creen que todo estaba maduro para culminar este domingo.

La decisión adoptada la noche del miércoles fue seguida por la renuncia del presidente de la Comisión Organizadora, licenciado Joaquín Ricardo, lo que a juicio de algunos ya no incidiría sobre el evento, mientras otros la creen saludable pues se había convertido en piedra de contradicción, o pretexto para alegatos, ya que era juez y parte, al haberse postulado para la primera vicepresidencia. Al doctor José Ramón González Pérez, otro de los cinco comisionados, se le señala en el mismo defecto al aspirar a ser electo para la Comisión Política.

EL PADRON DETONADOR

El elemento que detonó el nuevo tropiezo en el proceso reorganizativo del PRSC fue el padrón de miembros recién constituido. Angel Lockward y Héctor Rodríguez Pimentel, quienes disputan la presidencia del partido al ingeniero Federico Antún, han estado a la cabeza de las denuncias sobre el padrón, especialmente el primero.

Ambos coincidieron esta semana en que se revise el padrón para eliminar los que no son reformistas. Apelaron ante la Junta Central Electoral para que vigile el desenvolvimiento de la asamblea, lo que ya había solicitado la misma Comisión Organizadora.

El 9 de mayo pasado Lockward había afirmado que el padrón «está inflado con más de diez mil subdirectorios fantasmas», cuando Joaquín Ricardo decía que el total era de 31 mil 256 subdirectorios, con una matriculación aproximada a los 400 mil miembros.

Posteriormente la situación se complicó cuando el ingeniero José Osvaldo Leger, de la comisión Organizadora, reveló que al ser cruzado con los padrones de los otros dos partidos mayoritarios se encontró que 135 mil de los inscritos en el PRSC, equivalentes al 35 por ciento del total, eran perredeistas o peledeistas.

El doctor Víctor Gómez Bergés, uno de los veteranos dirigentes, acepta que hay 2 ó 3 por ciento de verdad en lo del padrón, restándole importancia, al tiempo de considerar que «tras las denuncias se esconde el interés de forzar negociaciones para quedar posicionados». Adujo que en una reunión con los candidatos efectuada a principio del mes, con la participación de Lockward y Rodríguez, habían convenido en dejar «esa gente ahí».

Casi nadie cree que ese hallazgo signifique que desde el PRD o el PLD se haya ordenado infiltrar masivamente el PRSC. Más bien participan de la convicción de que todos los padrones partidarios registran duplicidades de afiliaciones, ya que muchos dominicanos buscan tener carnés de los partidos que pueden alcanzar el poder. Otra proporción pone sus datos por amistad o complacencia en listas de candidatos que luego los inscriben en comités de base o subdirectorios.

Berlarminio Ramírez, secretario de Capacitación del PRSC, tiene otra visión del problema. El recuerda que al principio del proceso de reempadronamiento se le dijo a los cuadros reformistas que recuperaran los compatriotas que se habían ido al PLD o al PRD. Para él esa es la expresión de los 135 mil que aparecen en los padrones de esos partidos. Y cree que excluirlos es contradictorio al interés de recuperar la militancia perdida y podría ser fuente de otros alegatos.

Ramírez era contrario absoluto al nuevo aplazamiento por estimarlo frustratorio para miles de reformistas que optan por puestos directivos en todo el país y que han invertido sus recursos en propaganda.

 VOLVER A EMPEZAR

No faltan quienes mantienen una posición más radical, tanto como considerar que el aplazamiento debió ser de dos o tres meses, para escoger una nueva comisión organizadora, depurar los procedimientos y las normas y simplificar la elección. Tal es la posición del ingeniero Guillermo Caram, quien confluye en un grupo de reflexión del que forman parte otros veteranos dirigentes como Simón Tomás Fernández, Tato Bisonó, Eugenio Pérez Montás y Rafael Vidal Martínez.

Caram estima que el proceso arrancó mal, que dos de los tres miembros de la comisión no podían ser candidatos, que ha sido demasiado ambicioso elegir tantos cargos al mismo tiempo. Por ejemplo para simplificar la elección y el cómputo, considera que cada miembro no debería votar por 25 candidatos a la comisión política, sino sólo por uno, y que sean electos los que más votos consigan.

Para Guillermo Caram, el problema no es el padrón, sino la ausencia de reglas claras que inspiren confianza y entusiasmo, y cree que nunca es tarde para rectificar, y que será peor un resultado traumático, que él reconoce podría liquidar el partido.

Sin embargo, otros como Ito Bisonó, uno de los jóvenes que aspira a la secretaría general del partido, estiman que no había razón ni siquiera para el aplazamiento de dos semanas.

No están ausentes quienes creen que en el fondo la crisis reformista está determinada por la resistencia de los viejos dirigentes a ser desplazados; «gente que, por demás, sólo sabe hacer política a la sombra de un caudillo, bajo el sistema del dedo».

El déficit democrático

Para observadores sin militancia política, lo que se vive en el PRSC, como en los otros dos partidos mayoritarios y en otros minoritarios, es la crisis derivada del déficit democrático de la sociedad dominicana.

Se pondera el esfuerzo que han hecho los partidos por renovar sus estructuras directivas que en general está afectada de vejez e inmovilismo, pero al mismo tiempo se cree que exageraron al pretender una renovación total de un solo tiro, especialmente el PRD y el PRSC.

Con una cultura democrática tan deficitaria había que haber llevado el proceso en varios escalones para no someter las viejas estructuras a fuertes sacudimientos que pudieran derruirlas, en vez de renovarlas.

La socióloga Rosario Espinal, una analista privilegiada tanto por su formación académica, como por ver el proceso desde la tranquilidad de una universidad de Filadelfia donde dirige un departamento de estudios latinoamericanos, considera que la masificación de los partidos mayoritarios conspira con las posibilidades de eventos eleccionarios masivos.

La doctora Espinal cree que los partidos dominicanos tienen unos cuerpos excesivamente pesados, lo que en una escasa cultura democrática genera mayores dificultades operativas.

Sin embargo, el PRSC es ahora mismo el menor de los tres grandes, con un padrón de 400 mil miembros, mientras PLD lo ha reestimado en 1 millón 100 mil y el PRD en 1 millón 200 mil. Estos dos también han tenido que hacer aplazamientos de congreso y convención.

Para los reformistas el desafío es mayor por el proceso de decadencia en que viene su partido desde 1996, cuando optó por el tercer lugar luego que su caudillo decidiera respaldar desde la primera vuelta la candidatura del PLD llevado por su obsesión de cerrarle el paso a José Francisco Peña Gómez y el PRD. Cosechó 13 por ciento en la primera vuelta. En el 2000 ascendió al 24 por ciento ya con Joaquín Balaguer agonizante de candidato presidencial, para caer al 8 por ciento el año pasado cuando sufrió una fragmentación tras la elección de su candidato presidencial.

Los reformistas buscan elegir por voto directo presidente, primer vicepresidente, secretario general y secretario de organización. También una comisión política de 25 miembros para lo cual se registraron 60 candidatos, así como 175 miembros del Directorio Nacional con más de 1,500 candidatos, en tres boletas diferentes.-

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