PRSC: nuevas autoridades para un partido desahuciado

PRSC: nuevas autoridades para un partido desahuciado

El proceder de las autoridades ejecutivas del PRSC lo ha conducido a su desahucio: Ninguna encuesta lo considera opción para 2016 y sus preferencias han vuelto a niveles minoritarios desinflándose las cacareadas burbujas sustentadas en subterfugios electorales. Afortunadamente, en agosto, nuevas autoridades tendrán que ser elegidas por expirar el período de vigencia de las actuales.

Tendrá que afrontarse, imprescindiblemente, la supervivencia y resurgimiento del PRSC mediante la adopción de un accionar orientado al doble propósito de ser determinante en la próxima contienda electoral y contribuir a la sostenibilidad de nuestra democracia vía su mayor eficacia y eficiencia social y económica.

Lo anterior implica, a menos que el gobierno proponga algún género de concertación institucional, que el PRSC adopte e implemente, categórica y explícitamente, orgánica y disciplinadamente, una oposición compatible con sus praxis y concepciones; que no excluye que dirigentes sean, sigan siendo, a título personal, funcionarios gubernamentales.

La concepción doctrinaria abrazada por el PRSC y su tradición avalan esta posición. Rechazamos que Estado y gobierno sean concebidas como patrimonio particular de alguna instancia, incluida partidarias. Los triunfadores de elecciones son apenas administradores mayoritarios que deben procurar la mayor legitimidad y representatividad posibles del ejercicio de la autoridad emanada de la sociedad a través del sufragio.

Esto es especialmente aplicable en casos de votaciones cuyos resultados han sido cerrados, como es el presente dominicano cuyo presidente asumió la conducción de la cosa pública sin el  reconocimiento formal de una oposición no reclamante.

La praxis reformista ha testimoniado esta concepción. En 1966 tres altos dirigentes del PRD ocuparon cargos ministeriales en el gobierno reformista. En 1974 se hizo lo propio con el partido revolucionario socialcristiano. Durante los 90 tres dirigentes del  PLD ostentaron la Presidencia de la Cámara de Diputados, incluyendo el actual Presidente de la República, con los votos de la mayoría reformista; mientras la dirección de la LMD recaía, sin forcejeos, en un PRDista con el voto mayoritario de ediles reformistas. A pesar de estas concesiones reformistas, en ningún caso, ni el PRD ni el PLD, dejaron de hacer oposición a gobiernos del PRSC.

No sería pues ninguna novedad dentro de nuestra tradición que dirigentes reformistas sigan ocupando a título personal posiciones gubernamentales mientras el PRSC adopte, institucionalmente, una línea opositora.

Pero para ello el partido tiene que ser dirigido por personas diferentes a la que ocupan cargos gubernamentales.

Solo así puede lograrse simultáneamente el doble propósito de resurgimiento partidario y de contribución a la eficacia y eficiencia social y económica de nuestra democracia vía el acicateo de las intenciones gubernamentales.

Para ello sobran experiencias y credenciales reformistas.

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