PRSC post Balaguer

PRSC post Balaguer

En el año 2000, Joaquín Balaguer obtuvo 25% de los votos en su último intento por ser Presidente de la República. A menos de diez años su muerte, el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) ha quedado disminuido. No ha muerto, sus dirigentes luchan por mantener alguna cuota de poder, pero la organización y el reformismo han perdido relevancia.

Antes de que se produjera la total aniquilación por las luchas intestinas entre sus dirigentes, el presidente Leonel Fernández y el canciller Carlos Morales Troncoso decidieron reorganizarlo en una especie de cascarón de partido.

Para el presidente Fernández, un PRSC debilitado es importante porque obliga a los dirigentes reformistas a mantenerse subordinados a su proyecto político, y a la vez, evita tener que integrarlos al PLD donde serían cuerpos extraños y perturbadores.

Para la derecha dominicana (que trasciende al actual gobierno), mantener un PRSC cascarón es preferible a la desaparición total. Así cuentan con una insignia partidaria en caso de que el PLD deje de ser un instrumento adecuado a su proyecto político en años venideros.

Para los dirigentes reformistas, un PRSC cascarón es mejor que quedarse a la intemperie. Así pueden negociar posiciones y mantener cierto poder. Sacaron ventajas de la alianza con el PRD en el 2006, y han utilizado la misma estrategia con el PLD en el 2010.

Conscientes de que el PRSC recibe más beneficios de lo que se justifica por su bajo peso electoral, algunos peledeístas se quejaron públicamente de las concesiones de candidaturas.

El caso más connotado fue la sindicatura de Santiago, donde el PRSC se benefició porque el PLD no tenía un candidato unificador de  gran arrastre. Varios peledeístas se disputaron la nominación, y el que salió victorioso no era del bando privilegiado. A pesar del pataleo, los dirigentes peledeístas se integraron disciplinadamente al caravaneo.

En su nuevo rol de partido minoritario, el PRSC se vende al mejor postor. En el 2006 se alió al PRD, en el 2008 participó solo y sufrió un estrepitoso desplome electoral, y en el 2010 se alió al PLD.

Ahora divagan sobre qué harán en el 2012. Para entonces, sus posibilidades electorales tampoco serán halagüeñas, incluso si Leonel Fernández no se presenta como candidato.

La razón es que difícilmente el PLD colapse en tan corto tiempo, y para que el PRSC resurja, el PLD tiene que decaer electoralmente porque ahí emigraron muchos de los antiguos votantes balagueristas.

El destino fatal del PRSC no era un designio de la historia. Es cierto que Balaguer no ayudó a reorganizarlo ni dejó un heredero ungido en sus filas. Pero los dirigentes reformistas han mostrado una gran incapacidad para reestructurarse e identificar un líder con buenas posibilidades electorales.

Ante el vacío de dirección, muchos dirigentes reformistas olieron poder en el PLD y huyeron hacia allá, grupo a grupo, en el 2004, 2006, 2008 y 2010.

La Alianza Rosada con el PRD de 2006 fue anti-natura porque los balagueristas no votan por el PRD, aunque en su desesperación por retener posiciones legislativas y municipales, el PRSC no tuvo otra opción. En ese entonces los reformistas se dividían entre los que habían abandonado el partido para irse al gobierno peledeísta y los que se quedaron y tuvieron que aliarse al PRD.

Ahora la mayoría de los dirigentes reformistas se ha reunificado en la insignia del PRSC bajo las directrices del canciller Carlos Morales para lograr nombramientos y concesiones del presidente Leonel Fernández.

A pesar del empequeñecimiento, el PRSC ha sido muy productivo para sus dirigentes, aún después de haberse convertido en un cascarón de partido.

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