NUEVA YORK (AFP).– Una prueba nuclear de Corea del Norte tendría desastrosas consecuencias políticas y ambientales, dijo este viernes el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) de la ONU, Mohamed ElBaradei. «Pienso que tendría repercusiones políticas desastrosas en Asia y el resto del mundo.

Pienso que tendría grandes secuelas ambientales, que podría llevar de nuevo a la diseminación de radiactividad en la región», dijo el director general de la AIEA en una entrevista con la AFP.

Un ensayo sería un «chantaje nuclear», estimó el director de la AIEA, cuyos inspectores fueron expulsados de Corea del Norte en diciembre de 2002.

La Casa Blanca agregó que un ensayo nuclear norcoreano sería «un nuevo acto de provocación».

«No quiero hacer comentarios sobre las inquietudes principales de la información, pero diría que si Corea del Norte da ese supuesto paso, eso constituiría un acto de provocación que la aislaría aún más en la comunidad internacional», declaró Scott McClellan, un portavoz de la Casa Blanca.

Corea del Norte necesita «comprender que la comunidad internacional tiene una política de ‘tolerancia cero’ con respecto a cualquier nuevo país que quiera desarrollar un arma nuclear», agregó ElBaradei.

«Llegó el momento, doce años después de señalar que Corea del Norte no respetaba las reglas del Consejo de Seguridad» de la ONU, de que todas las partes involucradas «acepten la evidencia (y) de manera urgente encuentren una solución global y eviten una escalada nuclear».

ElBaradei habló al margen de la conferencia internacional sobre la lucha contra la proliferación nuclear, lanzada el lunes en la ONU y que durará un mes.

Corea del Norte comenzó a construir un puesto de observación y a llenar un túnel que había construido, dos señales que parecen demostrar que está preparando un ensayo nuclear subterráneo, según expertos estadounidenses citados el viernes por The New York Times.

Se sospecha que está preparando ese ensayo nuclear desde marzo y que podría realizarse a partir de junio próximo. Esas sospechas tienen lugar tras el anuncio de Pyongyang de que dejaría de participar en las conversaciones a seis bandas destinadas a superar la crisis provocada por sus ambiciones nucleares.

ElBaradei indicó que no era demasiado tarde para que las negociaciones tuvieran éxito. «Nunca es imposible discutir. Las cosas pueden ir peor pero debemos saber que hoy, mañana o pasado mañana, deberán comprender que no hay otra solución para Corea del Norte que sentarse alrededor de una mesa y llegar a un acuerdo global, un acuerdo que sea percibido por todos los actores como justo y equitativo».

«Cuanto antes lleguemos a él, mejor será para todo el mundo», agregó.

Afirmó que «todo el mundo sabe muy bien qué es lo que hay que hacer», es decir «darle a Corea del Norte las garantías de seguridad» y «responder a sus necesidades económicas y humanitarias», mientras que por su lado Pyongyang debe abandonar su intención de adquirir un arma nuclear.

La comunidad internacional de inteligencia no ha llegado a un consenso a la hora de interpretar las capacidades nucleares de Corea del Norte. Algunos dicen que «lo que ven» es suficiente para demostrar que ese país prepara un ensayo, mientras que otros destacan que las señales electrónicas, reveladoras de la preparación de un ensayo, «no fueron detectadas hasta el presente».

La crisis norcoreana estalló en octubre de 2002, cuando Washington acusó a Pyongyang de reanudar su programa nuclear en violación de un acuerdo bilateral firmado en 1994.