Prueba para Gilberto Serulle

Prueba para Gilberto Serulle

El doctor Gilberto Serulle, electo alcalde de Santiago de los Caballeros, procedió como el Gran Corso, coronándose así mismo en vez del Papa Pío VII, terciándose la banda provincial prescindiendo de su antecesor José Enrique Sued Sem.

Culminaba así el diferendo electoral de ambos y se inicia entonces la batalla ingente del doctor Serulle para armonizar el caos legado por su antecesor, con la segunda ciudad del país en todos los aspectos saturada de basura, con una alcaldía endeudada por más de RD$2 mil mm, la flota de vehículos saqueada y el anatema de Sued Sem sometido por prevaricación por la Alianza Dominicana Contra la Corrupción (ADOCOCO) instada el 05-07-10, que lo acusa de distraer RD$500 mm. Símil de un preso preventivo.

Sued Sem, por ocho años alcalde de Santiago de los Caballeros, entendió que los confesionarios eran su fuente poderosa de votos y construyó más iglesias y ermitas que todos los síndicos juntos antes, pero no resolvió eliminar el nauseabundo Hospedaje Yaque construyendo un mercado decente, aunque construyó el relleno sanitario de Rafey, por RD$700 mm.

Tampoco desarrabalizó el casco histórico de Santiago de buhoneros construyéndoles una plaza, ni construyó un solo parqueo del centro de la ciudad, calles Del Sol, San Luis y 30 de Marzo, atestadas de buhoneros.

Consintió gravar a los munícipes con los controversiales parquímetros, sin que estos conozcan hacia dónde fluían esos recursos; tampoco ejecutó el aseo y desarrabalización de las orillas del otrora poderoso río Yaque del Norte, hoy una inmunda cloaca nauseabunda y pestilente.

El doctor Serulle enfrenta una ciclópea tarea hercúlea, en la que sus munícipes pobres y ricos tendrán que frotar hombros con él para que Santiago de los Caballeros retorne al sitial de ciudad vivible y Serulle estime optar en 2016 por encima de la Sala Capitular.

Con razón el doctor Euclides Gutiérrez objetó siempre a Sued Sem. En las funciones públicas y privadas, idéntico a como en la vida, lo que cuenta no es cómo comenzamos, sino cómo terminamos.

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