Psicología del periodismo

Psicología del periodismo

El verdadero carácter de las personas difícilmente se muestra en condiciones favorables. Es claro que sólo se hace evidente cuando usted lo somete a cierta presión.

Esta es la parte dura de los periodistas, pues su misión tiene que ver mayormente con sacar trapos sucios, denunciar, revelar, descubrir y poner al desnudo perversidades.

Especialmente a los de posiciones elevadas y que, por su jerarquía, el mundo les sonríe, les alaba y les aplaude.

Cuando laboraba en la sala de redacción del diario Hoy, recuerdo haber sacado dos informaciones altamente comprometedoras de dos personalidades grandes a quien la sociedad dominicana siempre ha admirado y respetado.

En llamadas privadas a la redacción, amenazaron e hicieron creer que algo malo me pasaría.

Pero sabía que era algo rutinario. Lo mejor era que este tipo de conducta nunca tiene apoyo entre los directores de medios.

El periodista tiene que tener valor y capacidad para aguantar las embestidas, muchas veces violentas, de quienes se molestan por lo publicado, dicho o revelado.

Un comunicador hipersensible a la opinión adversa no sobrevivirá en el ejercicio. Hay que tener piel de cocodrilo.

Aparte de la reacción molestosa que causa verse desnudado ante la opinión pública, los afectados buscarán siempre como estrategia desmeritar.

Es una forma de manipular, patalear y de esconder perversidades.

Y esta es una situación que se da dentro de todas las aéreas del quehacer humano.

Los recursos usados para la defensa de los denunciados varían mucho en cuanto a la psicología.

El político suele defenderse con mentiras de forma muy natural.

El militar apela a la cara dura.

Y el religioso manipula recurriendo a los valores que él mismo pisotea y que no cumple pero que reconoce tienen un gran poder de aquietamiento en las masas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas