Psicología en el 2018, ¿aún tabú?

Psicología en el 2018, ¿aún tabú?

Freddy Matos.

Me pregunto, ¿de dónde viene el tabú con la psicología? Tabú significa “prohibido”; dicho término es utilizado para destacar comportamientos que se ven prohibidos a través del ojo de la sociedad, ya sea por cuestiones culturales, políticas o religiosas.

Es de conocimiento popular que “na’ ma’ van al psicólogo la gente que ta’ locaa”. No es cierto. Es importante recordar que un psicólogo y un psiquiatra no son lo mismo. La labor que puede hacer un terapeuta se limita a las estrategias de la psicología y terapias de conversación, por lo que el pensar que ir a un psicólogo es de locos no se asienta mucho si se piensa, pues, ¿es de locos expresarse y hablar? Solo los psiquiatras pueden medicar.

En mi opinión, la palabra “tabú” trae una nube invisible cargada de tensión la cual moja la libertad de expresión de los que estén cerca. Y, aunque tener tabúes es también una opción de vida, pregunto, ¿por qué aún hay tabú con respecto a la psicología? ¿Cuándo fingir ser fuerte se convirtió en una fortaleza real? ¿Cómo puede una ciencia tan bonita de estudiar y practicar caer en ese encasillamiento?

Para el 2018 ya debería pasar de moda el pensar que el necesitar y permitirse ayuda es de débiles. Con más frecuencia de lo que uno piensa, son los pormenores, los problemas pequeños e inquietudes cotidianas las que con el tiempo crecen y se convierten en titanes que disturban nuestro estado de ánimo. Como una bola de nieve, que empieza pequeña en el tope de la colina y mientras va bajando se agranda; el tiempo que pasa la hace más fuerte.

Si tienes la necesidad de hablar, ¡habla! Exprésate con tus amigos, con tus conocidos, con un extraño, ¡no importa con quien! ¿Sabías que una de las primeras formas de terapia en la historia es la confesión? Haciendo a un lado la connotación religiosa, la confesión crea el escenario de compartir pensamientos que nos pesan, y al decirlos, el efecto negativo de estos pierde poder. A veces, con solo compartir la carga se aliviana la conciencia. No necesariamente se necesita de un consejo profesional. Cuando te expresas, te escuchas y te das cuenta qué tanto entiendes lo que piensas. Así que, de ser así o cuando lo sea, ¡ayúdate y permítete la ayuda! Si sientes que necesitas compartir tu tema con un profesional, ¡comparte! ¡Y sonríe! Ayuda a convencer al espejo y a transmitir lo que quieres recibir.

“El que hace una pregunta es tonto por un minuto, y el que no, sigue siendo tonto para siempre”. -Proverbio.

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