La histórica violencia contra los menores de edad radica en la cultura impulsiva de la crianza de los mayores de edad, afirma la psicóloga y psiquiatra dominicana, Francis Báez.
Indica que el dolor físico procura dejar una marca en el niño para que no olvide la curiosidad o el juego en el que causó un daño, aunque sin conciencia.
Para el psicólogo Luis Verges, director del Centro de Intervención Conductual para Hombres de la Procuraduría General, los maltratos contra los niños, combina su vulnerabilidad, la ignorancia de los padres que mantienen un modelo educativo centrado en la represión, en la situación de precariedad de los padres junto a la falta de manejo del estrés.
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Las opiniones
La doctora Báez considera que los niños son agredidos porque desde que los padres son pequeños, ven la forma errada de corrección. “Porque para los padres corregir, era pegando o hablando mal, y los padres lo hacen de forma impulsiva, ante la impotencia, el pique o la rabia que ha tomado con el niño que no obedece, que no se sujeta a lo que le dice o que hace algo incorrecto”.
Expresó que en vez de llamar al niño y decirle lo que hizo mal, muchos de los que hoy son padres, fueron criados por adultos que arremetían contra el hijo, aún amándolos.
Describe esta forma como de crianza, como la de padres que no saber manejar el impulso y no han aprendido la manera correcta de corregir a un niño. A esto asocia el maltrato verbal, físico o emocional, e incluso. En el caso de quemarle las manos, lo califica como un castigo extremo de padres o madres, para que el pequeño nunca olvide que no debe apropiarse de lo ajeno. “Olvidan el dolor que se le provoca a ese niño. Lo que hacen es proyectar en el dolor físico del niño el dolor emocional o de vergüenza por lo que hizo el hijo”.
Recuerda un episodio de una niña que al bajar del nido todos los huevos de las gallinas y de las palomas, en la casa la asustaron con quemarle la mano con un papel de periódico. “Nunca más intentó la curiosidad”.
Sobre el asesinato del niño a mano de la tía, un caso que a finales del año pasado, conmocionó a la República Dominicana, la profesional de la salud mental cree que se trató de una “psicopatía a causa de sustancias”, porque pasaron varios días ocasionándoles heridas y estocadas hasta causarle una hemorragia interna.
Luis Verges
El director del Centro Psicológico Bienestar Familiar precisa que la vulnerabilidad de los niños les impide estrategias para defenderse ante ningún de agresión. A la indefensión le agrega el modelo educativo que mantienen los padres, centrado en la represión.
“Eso no educa. Lo que trae como consecuencia es una escalada de maltrato. Mientras más se trata de educar con castigo físico, menos se solucionan los temas, porque es un método que no se corresponde con establecer la obediencia y los objetivos educativos”, sostuvo. Manifestó que los objetivos educativos educan en el aprendizaje del orden, de la obediencia, de decir la verdad y en educar con los factores que contribuyen al desarrollo saludable de la niñez.