Psiquiatra llama evitar injusticia por mentiras de niños

Psiquiatra llama evitar injusticia por mentiras de niños

El psiquiatra Carlos de los Ángeles consideró que ante el aumento de la cantidad de acusaciones faltas de abuso sexual contra hombres es obligación de los forenses emplearse a fondo, para no caer en la injusticia de avalar declaraciones de niños que han sido sometidos a presión de parte de adultos malintencionados.
Señala que es falsa la creencia muy extendida de que los niños no mienten, lo cual tiene gran importancia en la formación en el medio familiar, pero en el ámbito de la psicología forense puede significar la honra y la libertad del acusado, que casi siempre es un hombre.
Recordó que la psicología forense es aquella que tiene que rendir peritajes a la administración de justicia en casos de custodia de los hijos, acusaciones de abuso físico o sexual,
Indicó que los niños y adolescentes mienten por muchas causas como para evitar una sanción; ocultar un incumplimiento. También entienden que si un adulto le dice que declare algo es porque fue cierto o es lo más conveniente.
De los Ángeles criticó que en el país cuando un hombre es acusado de abuso contra una mujer o un menor, es culpable antes de llegar al juez aunque la ley establece su inocencia “hasta que se demuestre lo contrario”.
“No hay peor injusticia que enviar a un inocente a la cárcel”, advirtió.

Manifestó que los psicólogos y psiquiatras forenses deben estar muy atentos para detectar el Síndrome de Alienación Parental producido en un niño o un adolescente por uno de los padres en conflicto (80% mujeres y 20% hombres) mediante el cual se crea un rechazo hacia el otro progenitor a partir engaños para alejarlo de sus hijos.
Citó que en casos de denuncias de abuso sexual a menores, el uso de muñecos explícitos, con órganos genitales para que el niño exprese “cómo ocurrieron los hechos” no están aceptados desde el fracaso del caso Mcmartin en los Estados Unidos en 1983. Se trató de un profesor, su madre y hermana acusados de haber abusado de 360 menores que denunciaron abusos, rituales satánicos, túneles y habitaciones inexistentes. Los niños habían declarado bajo presión de adultos. De los Ángeles indicó que aunque el caso vino a resolverse en 1990 ya el daño material y psicológico a la familia Mcmartin era irreparable.

Perfil. De los Ángeles explicó que el niño o adolescente que miente sufre aceleración del ritmo respiratorio, suda mucho las manos, gesticula muy poco, esconde las manos o las retuerce, presentan temblor; no mira a los ojos, se tapa el rostro con las manos, su relato da pocos detalles, no puede decir la luminosidad del lugar de los hechos, colores u olores del lugar, falla en determinar los horarios en que ocurrieron los hechos y con mucha frecuencia se contradice en su declaración. Asimismo que el niño puesto a mentir sufrirá trastornos psicológicos.