Psiquiatras y psicólogos abogan porque se despenalice el aborto terapéutico por considerar que no es un asunto religioso, sino una cuestión de la ciencia médica y de la voluntad de la madre, a quien le atribuyen todo el poder de decidir si trae al mundo o no a un ser humano concebido sin su consentimiento, por ser producto de una violación, o porque pueda morir por el hijo que lleva dentro, cuando representa peligro.

Los psiquiatras Nelson Moreno Ceballos y Secundino Palacio, y las psicólogas Aída Torres y Abril Arias emitieron sus criterios por separado, en los que rechazan que se castigue y prohíba el aborto, y explican las consecuencias a que se expone una mujer que es obligada a parir un hijo no deseado.

Moreno Ceballos, expresidente de la Academia de Ciencias y con varias décadas de experiencia en la salud mental, empezó por señalar que es partidario del aborto absoluto, el que se practica porque una mujer no desea parir el hijo.

Recordó que fue el primero que realizó una oposición al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez con el tema del aborto, cuando se debatía la reforma constitucional en el 2009.

Insistió en que la Academia de Ciencias y siete instituciones, como el Colegio Médico y universidades, hace varios años propusieron y debatieron científicamente lo que hoy propone el presidente Danilo Medina, de despenalizar el aborto ante ciertas condiciones.

Cuando el embarazo es inviable. El doctor Moreno Ceballos declaró que la ciencia médica tiene constancia que cuando una mujer se embaraza por violación de un extraño, un incesto de un familiar o porque no quiera embarazarse, siente rechazo contra el hijo y se siente culpable.

El problema del aborto es un derecho de la mujer ante situaciones donde ella no se siente involucrada o que se podría ver perjudicada, como son los casos de estratogénesis, “donde viene un feto deformado y que la mujer no lo quiere tener, así como en caso de que no quiera tener un hijo de su padre, de un hermano o de un tío”.

Aclaró que existen casos en los que mujeres que son violadas desean tener el hijo, como cuando están en una edad avanzada. “Pero las que no quieren, no deben tenerlo”.

Un problema clínico. El doctor Secundino Palacio se enfocó en que el aborto no es un problema religioso, sino clínico.

Defiende que son las mujeres las que tienen que determinar cuándo quieren tener un embarazo.

“Es una violación a la dignidad del ser humano imponerle por ley tener en su vientre algo que no quiere tener”.

Dijo que ninguna iglesia puede decidir un caso de aborto y dejó claro el daño emocional y psicológico que le produce a la madre cuando se le impone un embarazo. Alertó que un embarazo no deseado puede provocar malformación congénita.

En tanto, la psicóloga Abril Arias planteó que la mujer que no desea un embarazo queda muy afectada, porque una violación causa un trauma psicológico, por ser producto de una relación no afectiva.