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Alianza electrizante

PUBLICIDAD <BR>Alianza electrizante

POR NELSON GÓMEZ
Recientemente ha salido a los medios un spot de televisión que refleja una estrategia muy interesante en la publicidad dominicana. Es el caso de las Edes, como se le llama a las compañías que se dedican a la comercialización de la energía eléctrica es este país, con una oscura historia en materia de electricidad.

El comercial, de muy buena producción fotográfica, inicia una etapa en que AES Dominicana, Edesur y Edenorte se unen para producir una campaña conjunta dirigida a un mercado exactamente igual que sólo se divide geográficamente.

Este inicio es un claro indicativo de que las Edes se han puesto de acuerdo en motivar a los usuarios del servicio de electricidad para mejorar las recaudaciones dentro de un programa nacional de recuperación del sistema energético que se viene anunciando desde el inicio del nuevo gobierno que encabeza el Dr. Leonel Fernández.

Esta estrategia publicitaria no es nueva. Tenemos muchísimos ejemplos, y entre los que más se destacan están las campañas que han hecho las asociaciones de productores de bebidas alcohólicas cuando necesitan defenderse como sector industrial. También la hemos visto en industriales de alimentos.

Esta producción tiene las características de un anuncio de entrada, ligero, como si el plato fuerte estuviera cocinándose; y todo parece indicar que vienen muchos más.

Es una buena presentación y nos conduce a pensar que estas empresas vienen con un alto criterio de la publicidad moderna, desligada a todo clientelismo o favoritismo personal.

Los resultados económicos de este acuerdo no pueden ser mejores porque van en dos direcciones: primero lo que significa en ahorro de producción y colocación publicitaria y segundo el incentivo para que la población se anime a pagar su factura o regularice su situación con estas empresas.

Hasta ahora la colocación en los medios indica una buena planificación porque está llegando rápidamente a todos los segmentos de la población.

La atmósfera política y social estimula esta campaña porque es propicia para que la gente reduzca en algo su rechazo a estas empresas. No es un secreto que los consumidores leales de este servicio tienen el trauma de que lo engañan y eso hace difícil convencerlos de que se está haciendo algo a su favor. De ahí la crucial importancia para su éxito la coherencia de los organismos del Estado a cargo del sector promoviendo una voluntad de solucionar el problema sin sacrificar más a la población.

Los números de las cajas registradoras de las Edes, como diría Ogilvy, están siendo positivos, y eso es un buen indicio para terminar un año tan malo como 2004 en sus primeros meses. Edesur y Edenorte van muy bien y parece que el gobierno acertó con los gerentes que puso al frente. Es sorprendente los niveles de recuperación que están logrando «a mano pelá», como dice el pueblo,  porque no le dejaron ni con qué medirle el consumo a los usuarios. 

Lo más admirable de estos jóvenes administradores es que, en medio del desorden y clientelismo que encuentran en las Edes del gobierno, sacan tiempo para no descuidar la imagen y toman la sabia decisión de hacer una sola campaña con los del sector privado.

Las Edes sentaron en una misma mesa a sus agencias publicitarias y les encargaron pensar con el nuevo estilo de caminar juntos por sus objetivos. Las prestigiosas agencias Cumbre por AES y GBN por Edesur y Edenorte tienen en sus manos la tarea de desarrollar ideas que ayuden a seguir mejorando estas empresas.

Si eso sigue así los creativos de estas agencias tendrán muchas tareas por delante ante la fuerte motivación y flexibilización que requiere este mercado que hay que volver a enamorar con mucha inteligencia.

No será fácil la tarea de cambiar la conducta del fraude y del paternalismo de Estado en los sectores que representan el mayor consumo de energía, como no será tan fácil reeducar a la gente para que aprenda a economizar la energía eléctrica.

Lo más saludable sería que esta estrategia que inicia con resultados positivos no sea contaminda con la politiquería que muchas veces echa a perder los mejores proyectos y que sirva de ejemplo para el manejo de otros sectores donde convergen intereses de la sociedad y de particulares.

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