«Publicitarias» oportunistas

«Publicitarias» oportunistas

POR NELSON GÓMEZ
Una empresa publicitaria es una estructura empresarial tan dinámica y compleja que ha sido tomada como modelo de referencia para el análisis de la administración moderna. En ella convergen profesionales de muchas disciplinas y su desenvolvimiento financiero es muy delicado.

Su crédito profesional se sustenta en la calidad de los trabajos y en su responsabilidad con los suplidores y medios de comunicación. Estas razones son las que justifican el hecho de que muchas de las famosas tienen el nombre de sus fundadores, partiendo de que son o fueron personas muy responsables en la sociedad.

Son inestables porque dependen de clientes que se pueden ir hasta por un capricho, lo que sugiere una delicada atención al crédito y al ahorro.

Realmente una agencia de publicidad es una empresa cuyo éxito tiene mucho que ver con una filosofía de trabajo y una rigurosa norma de disciplina.

Introducimos con estas características de esta empresa para referirnos a un mecanismo de corrupción que usa como estructura un modelo de negocio parecido a lo que es una agencia de publicidad. Muchas empresas norteamericanas y europeas prohiben a sus ejecutivos y accionistas la creación de agencias para manejar sus productos bajo el argumento de que crean conflictos de intereses. Esto no es más que la prevención de actos de corrupción en la empresa privada.

En la República Dominicana existen varias compañías de capital extranjero que siguen esa norma pero hay otras que permiten este sistema, principalmente aquellas que son de familias o un accionistas dominante. Ellas contratan la producción a alguna agencia o productora y ellas mismas compran los espacios en los medios.

Alrededor del Estado ocurre algo parecido, pero con algunos detalles interesantes.

Resulta que muchas instituciones del gobierno necesitan la publicidad por varias razones: unas para ofertar productos y otras para mantener una buena imagen ante la población. Por ejemplo, La DGII, el sector eléctrico, Turismo y otras ofertan un servicio que sin publicidad sería difícil mercadear; Educación requiere mantener una imagen de actualización y realizaciones que logre mayor confianza. Y así epodríamos enumerar muchas más.

Estas necesidades publicitarias despiertan el apetito de riqueza de algunas personas que trabajan en el sector público, y a muchos de ellos lo primero que se le ocurre es «montar» una publicitaria.

Cuando cambia un gobierno en Dominicana quiebran muchos negocios y surgen otros, entre ellos las publicitarias tienen un papel protagónico. ¿Corrupción a la vista?

Es correcto contratar una empresa de publicidad para vender una institución valorando la calidad de su servicio y el prestigio acumulado que le da solvencia moral y económica; pero es indicativo de corrupción entregar una cuenta a un negocio montado en transición o por un funcionario que lo constituye con copias de cédula de familiares o amigos.

¿UNA AGENCIA U UN «VEN TÚ?

El «ven tú» es un término que entre los músicos identifica a un combo o una orquesta que se articula llamando a los artistas de cualquier parte para hacer una fiesta. Esta nueva agencia la montan con freelances (agente libres) de todas las disciplinas y muchas de ellas tienen su local y su funcionamiento en el maletín del nuevo «empresario».

No hay que ser un master en publicidad o en mercadeo para saber que una estrategia publicitaria hecha con el corre corre de un buscavida y profesionales que lo hacen cuando le sobra tiempo no puede ser un trabajo de calidad; ni tampoco hay que ser un genio de la administración para imaginarse los líos que pueden armarle con el crédito en los medios a la hora de hacer contratos con ellos.

Esta es una realidad que no necesita lupa para verla.

Ciertamente hay que darle oportunidad a las nuevas empresas y a los nuevos talentos que se organizan para constituir una empresa que puede llegar a ser la más próspera del mundo, pero eso es muy diferente a las que se hacen al vapor para buscar dinero rápido. Un ejemplo positivo es el de una agencia que hace ocho años fundaron dos jóvenes en un cuartucho de la calle El Conde y hoy gozan del prestigio de ser muy profesional y con buen crédito. Ambos tenían más de 15 años cogiendo pela como empleados y se unieron para convertirse en dos exitosos publicistas.

Los gobiernos que combaten la corrupción deben tener cuidado con los pseudopublicistas de zafra porque por ahí fácilmente le hacen una hemorragia.

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