Público disfruta boleros de Villalona

Público disfruta boleros de Villalona

SANTIAGO.- Baladas románticas, recuerdos, nostalgias y buena música se unieron en la noche de Fernando Villalona, con la presentación de su concierto de boleros en el Gran Teatro del Cibao. Esta vez el recurso de grabación previa de voces y sonidos restó un mayor acercamiento con el público, pero que casi pasó desapercibido por cientos de seguidores del artista que llenaron la sala de artes y que a su vez colaboraron con el Voluntariado Jesús con los Niños de esta ciudad.

El concierto producido por Luis Medrano tuvo una hora y 20 minutos de duración e incluyó los merengues «Mal acostumbrado», «Dominicano soy» y «Baila en la calle».

Villalona cantó en la onda romántica “Quijote», «Vida Ccnsentida», «Soy culpable», «Te vi llorar», «Mala», «Para olvidarme», «Voy a ponerme a llorar» y «Magia», bolero que interpretara junto a Francis Santana.

La dirección musical estuvo a cargo de Martín Villalona, hermano y compañero inseparable del merenguero.

Como parte de su actuación, El Mayimbe reconoció al artista Aníbal de Peña con la canción «Mi debilidad» y pidió por la mejoría de sus condiciones de salud.

Otros temas seleccionados para el concierto fueron «Payaso», «Háblame mi vida», «Ahora que» y «Delirante amor». El público respondió coreando de principio a fin.

Los fondos registrados por esta actividad serán destinados a los programas que realiza el Voluntariado Jesús con los Niños, institución sin fines de lucro que respalda los trabajos del área de quemados y pacientes con cáncer del Hospital Infantil Doctor Arturo Grullón y que preside en la actualidad la señora Vilsa de Paulino

[b]COSITAS Y COSOTAS [/b]

*Hubo ligeras fallas en el sonido y algunos camarazos en la proyección de la pantalla gigante.

*Los pantalones del artista le quedaban «brinca charcos».

* Se rumoró que El Mayimbe está muy triste porque ya no tiene a su media naranja. Muchas veces se puso emotivo, casi llorando, sobre todo con el tema «Delirante amor».

*El sonido de la tambora se escuchó y el tamborero ni la había agarrado en sus manos. Con los instrumentos de viento fue lo peor.

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