La respuesta simple es no. Universalmente se considera que el agua de lluvia es pura y limpia; sin embargo, en décadas recientes ha crecido la preocupación en torno a su calidad. Ninguna fuente natural de agua es 100 por ciento pura, pero en los últimos tiempos se han descubierto niveles peligrosos de toxinas y patógenos en regiones urbanas y rurales e incluso silvestres.
Las características de cada lugar y los factores del medioambiente, así como la forma de almacenar el agua, afectan su calidad. Existen cinco tipos de elementos que contaminan el agua potable:
Microorganismos
Metales pesados
Químicos orgánicos
Químicos inorgánicos
Materia radiactiva
En áreas rurales la cantidad de contaminantes es mínima, siempre y cuando no haya fabricas cerca. En las ciudades las partículas de polvo, las emisiones de los vehículos de motor, de las fabricas y de los basureros, entre otros, se mezclan con el aire y logran disolverse en las aguas pluviales.
Actualmente, por la contaminación, el agua de lluvia no está lo suficientemente limpia como para beberla sin hervirla o clorificarla previamente.