Puede ser de gran alivio y evitar
mayores catástrofes al país

Puede ser de gran alivio y evitar <BR data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2005/01/CAF3A23D-1133-4E08-83CC-31E53B9BD93D.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=447 data-eio-rheight=390><noscript><img
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POR CLAUDIO CABRERA
El Banco Central no puede predecir al ciento por ciento qué cosa va a pasar con la economía dominicana, una vez firmado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al final de este mes, pero de lo que sí está seguro es de que se han tomado las previsiones para que prevalezca la estabilidad macroeconómica.

Otra cosa en lo que sí están claras las autoridades monetarias, es en que solamente así el país y las autoridades gubernamentales podrían adoptar las políticas económicas y decisiones alternativas, para mejorar la situación social de los dominicanos.

Encaminados con estos objetivos, las autoridades del Banco Central, con otras instituciones oficiales responsables de la política económica del gobierno, coordinaron las denominadas «acciones previas» que tanto a nivel monetario como financiero y cambiario debía asumir el gobierno antes de acudir a la cita de cierre final con las autoridades del FMI en Washington, D.C.

Estas instituciones son el Secretariado Técnico de la Presidencia y la Secretaría de Finanzas, entre otras.

Para llegar a la cita final del 21 de este mes con el Directorio del FMI en Washington, la institución monetaria elaboró en forma coordinada y programada un conjunto de «condiciones previas», las cuales se han logrado para colocar al país en situación de arribar a mejores resultados, cuando se conozca la Carta de Intenciones ante los directores del Fondo.

Una vez firmado el acuerdo, deberá procederse desde el gobierno a establecer los «amortiguadores sociales», que son medidas de compensación para morigerar las consecuencias sociales de los ajustes entre los sectores empobrecidos del país.

El economista Bernardo Vega, quien se refirió a este aspecto del acuerdo con el Fondo, sostiene que mediante participación de la sociedad civil, entre otras cosas, se facilitará una tarjeta electrónica para entregar efectivos a algunas familias, se pondrá en vigor el programa «Comer es primero» y se ampliará el alcance del Desayuno Escolar a través de la Secretaría de Educación. En adición serán necesarios los intentos para otorgar subsidios focalizados al gas licuado de petróleo.

LAS «CONDICIONES PREVIAS»

Según explica el subgerente técnico de la institución, Rolando Reyes, quien ha trabajado conjuntamente en este programa con el gerente Pedro Silverio, «las precondiciones a cumplir por el país en materia monetaria y financiera, ya fueron adoptadas».

El funcionario explica que hasta diciembre, la institución se ha mantenido revisando los resultados de esas acciones previas, las cuales, según lo adelantado por el gobernador, Héctor Valdez Albizu, fueron bastante positivas al sobrepasar los topes acordados con el FMI.

Por los resultados, resalta, se puede establecer que todas las instituciones con las que se coordinaban tales acciones para lograr los niveles requeridos en términos de políticas cambiarias y monetarias, se ha obtenido un gran éxito, lo cual indica que el país tendrá próximamente un acuerdo con el Fondo.

Entre otros pasos se cita la confección de un nuevo «Reglamento de Evaluación de Activos» anunciado el pasado 29 de diciembre, así como algunas provisiones sobre mecanismos para la recepción de remesas por parte de la banca comercial.

Aunque el gobierno adelantó su Carta de Intenciones al FMI, la cual va a ser conocida por el Directorio del organismo multilateral de manera preliminar, aún hay aspectos que están pendientes de conocerse, en función de los resultados finales del año 2004 que acaba de finalizar.

«Pero estos resultados han sido bastante favorables al país, lo cual dice mucho del manejo positivo de la actual política económica y que puede medirse por los resultados en el área fiscal, cuyo desempeño fue mejor de lo esperado, en el área monetaria, cambiaria y en los resultados de fin de año en nuestras reservas internacionales», sostiene el licenciado Reyes.

La emisión monetaria cerró por debajo del tope establecido, al igual que los activos domésticos netos, en tanto las reservas netas del Banco Central, que tenían un piso de US$125.0 millones, al 31 dediciembre cerraron en US$211.5 millones.

«Los resultados del 2004 mejoraron muy por encima de lo previsto con el FMI», se indica.

En estos momentos se procede a una revisión última de los ajustes de los datos correspondientes a todo el 2004, lo cual puede modificar algunas metas o topes que favorezcan la posición del país ante el Fondo, tomando en cuenta lo indicado en el «Memorando de Políticas Económicas».

La mención que se ha hecho en el sentido de que el FMI propuso una tasa de cambio de RS$37.0 por US$1, no constituyó un objetivo el programa negociado, ya que fue un simple ejercicio contable, dado que en ese momento las tasas prevalecientes rondaban los RD$34.0 y los RD$35.0 por US$1.

«Esto no es algo definitivo», apunta el subgerente del Banco Central.

¡ALERTA, FMI!

Desde que en 1983, la economía dominicana empezó a experimentar los efectos del desorden en el gasto público, con los resultantes déficits fiscales que culminaron en la cesación de pagos de nuestra deuda externa, y desde que externamente los países de la región latinoamericana comenzaron a sufrir las consecuencias de los cambios en las políticas monetarias estadounidenses para fortalecer el dólar, cualquier presencia de los organismos internacionales se hizo sospechosa para los economistas.

Al paso de las dos décadas transcurridas, mucho ha costado a los organismos multilaterales lograr hacer entender a las gentes que habitan en países en vías de desarrollo, que las recetas de sus políticas no están viciadas de los planteamientos que muchas veces prevalecen en el seno de los directorios de esas entidades.

Estadistas, políticos y líderes en diversas áreas han llegado a concluir que dichos organismos, Fondo Monetario, Banco Mundial y Club de París, generalmente procuran apuntalar las economías en los países pobres, para que la maquinaria internacional del financiamiento otorgado desde los países desarrollados hacia los más necesitados en recursos, siga funcionando.

Pero a pesar de estas aprehensiones, mucha gente en países que como República Dominicana vivieron una época de grandes despilfarros en el manejo del erario, considera que no todas los consejos de esos organismos han estado carentes de razones.

Debido al mal manejo que se ha hecho desde el gobierno de las disponibilidades del gasto público y de recursos externos otorgados para programas de desarrollo, muchos sectores y personalidades han estado conscientes de que en los países en vías de desarrollo se ha incurrido en errores reiterados. Los gobiernos han creado crisis periódicas debido a la falta de controles en la aplicación de sus políticas fiscales.

La actitud frente al FMI es similar a la asumida en la época en que estuvo en boga el proceso de sustitución de importaciones, en el que la división en la economía internacional «era sospechosa, ya que se pensaba que había sido la vía por la que los países industriales habían crecido a expensas de los países en desarrollo», según resalta la economista Anne O. Krueger en «La Economía Política de la Reforma en los Países en Desarrollo».

A pesar de que casi todos están conscientes de que resulta inapelable un acuerdo entre el gobierno dominicano con el FMI para salvar la secuela de la crisis confrontadas, prevalece mucho escepticismo sobre los resultados sociales de los ajustes y sobre la posibilidad de mantener la estabilidad macroeconómica.

No obstante, el buen grado de confianza en las autoridades monetarias actuales, habida cuenta de las pericias acumuladas en el manejo de los asuntos monetarios del país, son una buena razón para dar por sentado que la estabilidad podrá ser sostenible.

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