¡Puede usted ser feliz trabajando!

¡Puede usted ser feliz trabajando!

Desarrolle actividades que le gratifiquen y mejoren su entorno, como acudir al gimnasio antes de ir a trabajar para eliminar la adrenalina. De lo que se trata es que cada quien  busque la forma más sencilla y eficaz de cumplir  con sus tareas

¿Se levanta sin ganas de ir a la oficina? ¿Siente ganas de huir apenas traspase la puerta de su lugar de trabajo? ¿Se siente incómodo con la gente que le rodea? ¿Sólo se siente aliviado cuando se aproximan la hora de salida o el ansiado viernes? Quizá la solución no consiste en abandonar su situación laboral sino en aprender a disfrutar de su puesto actual.

Para descubrir si su insatisfacción laboral está justificada compruebe si su puesto cumple con los siguientes requisitos: sin duda tiene un trabajo exigente y apasionante. Le ofrece la oportunidad de aprender y crecer cómo persona. Además, sus compañeros son agradables, le pagan un salario justo y su jefe es una persona fantástica.

Si su trabajo reúne las cinco condiciones anteriores, que constituyen las principales razones para sentirse satisfecho y levantarse con entusiasmo por las mañanas de lunes a viernes, francamente no tiene demasiadas razones para quejarse o renegar de su situación.

Quizá no sea consciente de que es un auténtico privilegiado.

De todos modos, aunque no goce de todos los ingredientes de la felicidad laboral, existen muchas opciones en lugar de emprender una huida hacia delante cambiando de empresa a la desesperada, o arrojar sus posibilidades de ser feliz a la papelera, tirando la toalla y resignándose a la situación.

El primer paso es aceptar que ¡realmente se puede ser feliz en el trabajo!.

El segundo consiste en mirar hacia su propio interior y su puesto actual, en lugar de hacia otros horizontes laborales y otras personas, porque la solución puede estar más cerca de lo que piensa. El tercer paso radica en aplicar las siguientes estrategias psicológicas.

• Si quiere algo, ¡pídalo!

¿Necesita un aumento de sueldo, una promoción, tiempo para hacer un curso, un año sabático ó algo tan sencillo como cambiar su mesa de sitio para alejarse del aire acondicionado? Ni su jefe ni la empresa, pueden leer sus pensamiento, necesidades u objetivos, así que solicítele que le reserve un momento para hablar con tranquilidad y explíquele lo que desea, con argumentos, exactitud y proximidad.

• Su satisfacción depende de usted

En todas las empresas, al igual que en las familias, hay problemas, conflictos personales, favoritismos, injusticias, órdenes que nadie entiende, errores manifiestos. No espere encontrar un lugar de trabajo perfecto, porque ni el mundo ni las personas lo son. Es su responsabilidad buscar la forma de encontrarse a gusto en su puesto actual, dar lo mejor de usted y disfrutar de cada jornada.

Desarrolle actividades que le gratifiquen y mejoren su entorno, como acudir al gimnasio antes de ir a trabajar para eliminar la adrenalina, buscar la forma más sencilla y eficaz de cumplir sus tareas, decorar su mesa con plantas o elementos agradables o apuntarse a los cursos de idioma de la empresa, llévese sus discos favoritos a la oficina. Pero nunca se resigne ni trabaje de forma automática o busque válvulas de escape poco saludables.

• A mayor creatividad, mayor disfrute

Busque la manera de hacer las cosas de una forma diferente y más creativa, lo cual le permitirá salir de la rutina, disfrutar más y no “quemarse”.

Póngase metas, planee retos, ofrézcase para formar parte de un nuevo proyecto, dígale a su jefe que está dispuesto a probar alguna actividad que nunca ha desempeñado antes.

Puede que siga en un trabajo rutinario o que no es precisamente en el de sus sueños, pero la novedad le añadirá estímulo y excitación.

Al igual que en la relaciones de pareja, la rutina es el peor enemigo.

• Cultive el “factor humano”

Puede que haya compañeros que no soporta –y probablemente algunos tampoco lo soportarán a usted-, pero seguramente habrá por lo menos una persona que le agrade y con la que se sienta cómoda. Coma con ella, cuéntele cómo se siente y desahóguese si lo considera oportuno, porque el contacto con los demás es siempre saludable, también en el ámbito laboral.

No está obligado a hacer las tareas de nadie, pero de vez en cuando puede ofrecerse a ayudar a los demás: no sólo se sentirá mejor, sino que habrá abierto una puerta a través de la cual podrá llegarle la colaboración de los demás, cuando sea usted el que la necesite. EFE/ Reportajes

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