Puerro, ingrediente típico de la dieta mediterránea

Puerro, ingrediente típico de la dieta mediterránea

El puerro, alimento originario de la zona mediterránea, es conocido también como escoba del intestino por sus propiedades laxantes. Su origen no tiene data establecida, pero es conocido su cultivo en la zona mediterránea desde hace aproximadamente 4.000 años.

Los egipcios demostraron su enorme admiración hacia la hortaliza al intercambiar cada uno de sus valorados papiros por cien puerros.

También los hebreos exteriorizaron su interés por las propiedades refrescantes del puerro. La Antigua Grecia también demostró su aprecio hacia este vegetal pues, al igual que los romanos, lo incluían dentro de su dieta alimenticia y lo empleaban como remedio para el tratamiento de distintas afecciones. Por su parte, el conocido emperador romano Nerón, lo consumía para aclarar su garganta cuando se disponía a cantar odas a Roma.

LA PLANTA

El puerro, conocido en biología como Allium Porrum pertenece a la familia de las liliáceas. Esta planta herbácea se caracteriza por tener una raíz bulbosa, un tallo corto y subterráneo, y hojas largas, simétricas y de color verde intenso, que aparecen envainadas haciendo una forma parecida a la de un abanico. Las flores del puerro son pequeñas, de color púrpura y aparecen reunidas en umbelas. Éstas florecen al segundo año de su plantación. Su fruto es de color negro y adquiere una forma alargada.

Es una planta bianual, es decir, se cosecha cada dos años. Sin embargo, su buena comercialización y apreciación por los paladares de la gente, hace que se cultive anualmente. Se cosecha a finales de primavera, principios de la etapa estival. La parte del puerro que es utilizada para el consumo es el tallo blanco y las hojas verdes que aparecen reunidas en él.

SIN CONSERVANTES NI COLORANTES

El puerro es una hortaliza que cuenta con grandes propiedades debido a su alto contenido en vitaminas (A, B –tiamina, rivoflamina, niacina y ácido ascórbico– y C), agua, glúcidos, proteínas, lípidos, fibra, carbohidratos, sodio, magnesio, hierro, fósforo, sílice, potasio, azufre, calcio, sales alcalinas, celulosa y esencia sulfo-azóica.

Su natural, variada y rica composición hacen de esta planta un ingrediente recomendable para la dieta, pues favorece el estado saludable del organismo.

RECETAS  MILAGROS

El puerro elaborado de distintas formas puede aportar remedios variados contra diferentes afecciones. Así por ejemplo, el caldo de puerros actúa como laxante. La cocción de seis puerros con aceite de oliva y aplicado a través de masajes en la zona del bajo vientre, resulta un remedio eficaz contra la infección de orina y retención de líquidos.

Por su parte, la ingesta de puerro hervido es un truco infalible contra el envejecimiento de la piel producido por el sol y el paso de los años. El zumo de puerro con miga de pan reduce los forúnculos. Añadiéndole a esta receta leche, surge una poción mágica contra erupciones cutáneas.

Resultan milagrosas las hojas de puerro para las heridas. No hay más que recubrirlas con ellas y la herida sanará. En el caso de padecer picaduras de insectos, lo mejor es frotar la zona con la cabeza del puerro.

TODO UN GENIO DE LA MEDICINA

La cantidad de componentes y propiedades que ofrece el puerro es, sin duda, una gran cualidad de esta planta, pues a través de ellos, proporciona una gran cantidad de posibilidades curativas.

 Funciona como laxante, calmante en aplicaciones de carácter terapéutico y como antiséptico. Es antiinflamatorio y tiene propiedades anticatarrales. Además resulta un gran antídoto contra la hipertensión, insuficiencia renal, gota, retención de líquidos, infección urinaria o cistitis, reumatismo, anemia, artritis, arterioesclerosis, picaduras de insectos, forúnculos, erupciones cutáneas sobre rostro y cuerpo, hemorroides, llagas, heridas, callos y durezas.

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