TEHERAN,  (AFP) – Por primera vez desde el inicio de la crisis sobre el programa nuclear iraní hace tres años los diplomáticos occidentales en Teherán consideran escasas las posibilidades de alcanzar una solución negociada en el conflicto.

   Las fuentes diplomáticas, que no han querido revelar sus identidades, estiman que los dirigentes ultraconservadores iraníes han decidido hacer todo lo posible para obtener capacidad disuasoria, con una bomba nuclear o con la tecnología necesaria para fabricarla.

   Según los mismos informantes, esto va a acelerar los esfuerzos de los países occidentales por imponerle sanciones a corto plazo.

   A medio plazo, los diplomáticos consideran que la crisis podría derivar en un conflicto militar entre Irán y Estados Unidos, a menos que se verifique un cambio de rumbo decisivo en el gobierno iraní.

   «Los iraníes piensan que están en una posición muy, muy fuerte. Cuentan con el apoyo de Rusia y de China para evitar que el Consejo de Seguridad de la ONU les aplique sanciones significativas», dijo a la AFP un diplomático occidental destacado en Teherán.

   «Además el régimen iraní parece convencido de que Estados Unidos no puede atacar», agregó.

   En este sentido, los funcionarios iraníes evocan regularmente el «atolladero» en que se encuentra Estados Unidos en Irak y el problema que representaría una nueva subida de los precios mundiales del petróleo.

   «Pienso que esto es un grave error de cálculo» afirmó el mismo diplomático.

   El Consejo de Seguridad emplazó a Irán para que suspenda el enriquecimiento de uranio antes del 28 de abril, un procedimiento mediante el cual puede obtener combustible nuclear para la fabricación de una bomba atómica.

   Sin embargo, Irán rechazó las exigencias de la ONU, anunció haber superado con éxito la primera etapa de enriquecimiento de uranio y se fijó como objetivo, de aquí a un año, el enriquecimiento a nivel industrial.

   «A partir de ahora, cuanto más rápido avancen los trabajos, más se acelerará la crisis», estimó un diplomático europeo cercano al caso iraní.

   Washington quiere que el Consejo de Seguridad adopte severas sanciones contra Irán por incumplimiento de las exigencias internacionales, pero Rusia, que dispone de derecho de veto, se opone por el momento y ha excluido «categóricamente» la necesidad de recurrir a la fuerza contra Teherán.

   Los diplomáticos de la «troika» europea (Alemania, Francia, y Gran Bretaña) tenían la impresión de que el equipo negociador del precedente gobierno iraní reformista buscaba un compromiso, pero con la llegada al poder del ultraconservador Mahmud Ahmadinejad se endureció la política en materia nuclear del régimen.

   El gobierno iraní parece interpretar el mundo como un enfrentamiento entre el Islam y occidente, con Estados Unidos empeñado en cambiar el rumbo en Irán, según las fuentes.

   «El problema es que no hay ningún diálogo productivo con Irán», según un diplomático. «Parece que nos encaminamos a las sanciones, y que la puerta de la diplomacia se cierra», lamentó.