Puerto dificulta tráfico Samaná-Sabana de la Mar

Puerto dificulta tráfico Samaná-Sabana de la Mar

POR MARIEN ARISTY CAPITAN
SABANA DE LA MAR.-
Aunque muchos sabanalamarinos viven de las decenas de embarcaciones que salen cada día con destino a Samaná, en este pueblo no existe un puerto en condiciones. Esto indigna a mucha gente puesto que el principal problema que tienen es que, después de durar años reclamando que dragarán el área, los que hicieron el dragado depositaron la arena retirada en el mismo mar.

Colocada a unos cuantos metros de la playa, la arena formó una pequeña isla artificial en la que ya han crecido hasta árboles. Lo triste es que como está hecha de arena del río Yabón, que antes desembocaba junto al puerto, poco a poco ha vuelto a ensuciar las aguas.

Es por eso que ahora quienes se embarcan aquí deben montarse primero en una yola para entonces ser llevados hasta el barco en el que zarparán: entonces se hace un incómodo trasiego que hace del viaje toda una aventura.

Pero es que Sabana de la Mar, a decir de los pobladores de allá, necesitaría un puente abierto para que la arena que baja del río Yabón no se quede en el área de la playa y del puerto.

NO HAY PLANTA DE TRATAMIENTO

Si no lograron que el dragado hecho durante el gobierno del ex presidente Hipólito Mejía les sirviera para algo, los sabanalamarinos tampoco han conseguido contar la ampliación de su acueducto.

Con la base hecha y las varillas oxidándose, lo más paradójico de este acueducto es el lugar en el que está ubicado: junto a una envasadora de gas y una estación de expendio de carburantes.

Pero si esto es sorprendente, más aún llama la atención es descubrir el secreto que se esconde detrás de los cuatro magníficos estanques que tiene la Sabana de la Mar: en lugar de ser un atractivo turístico, deberían servir como depósito a la planta de tratamiento del pueblo.

Esta planta quedó en ilusión. Por ese motivo el río Yabón se contamina cada vez más: la gente se ha conectado libremente al sistema de cloacas, por lo que las aguas negras llegan directamente hasta él.

“Es en una selva que vivimos”, se quejó Afranio Calcaño, miembro de la Asociación de Sabanalamarinos Presentes, momentos después de explicar la situación.

Otra preocupación de los sabanalamarinos, afirmó Calcaño, es que los vertederos están a cielo abierto por lo que la contaminación les afecta muy directamente. “Eso es una vergüenza y un poco de contaminación”, lamentó Calcaño.

En otro orden, Calcaño sostuvo que a pesar de que el pueblo sólo tiene “dos callecitas” (catorce kilómetros de calles interiores) no les pavimentan el pueblo. Mucho menos la carretera, que tiene doce kilómetros en situación deplorable.

Finalmente, la profesora María Araujo Pineda, solicitó a las autoridades educativas que se acuerden de darle mantenimiento a los centros educativos de la región. Es que, explicó, el Liceo Virginia Pou tiene filtraciones mientras que la Escuela La Inmaculada necesita que le construyan baños ya que sólo tiene letrinas.

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