Puerto Rico estancado en su desarrollo económico

Puerto Rico estancado en su desarrollo económico

Mi buen amigo puertorriqueño – mejor dicho, mi hermano Jaime Vázquez Plard, me invitó a visitar Mayagüez para celebrar los cincuenta años de nuestra graduación como ingenieros de la Universidad de Puerto Rico, Recinto Universitario de Mayagüez. El Colegio de Mayagüez, como les decimos con cariño a nuestra Alma Mater.

Asistimos en junio de este año y hasta desfilamos en la ceremonia de graduación, pues la clase del 1963 apadrinaba a los graduandos. Cerca de 2,000 nuevos profesionales recibieron sus diplomas. Por cierto, más mujeres que hombres. Eso no era así en los viejos tiempos. En una escuela de ingeniería, como el Colegio, las féminas eran como la última coca cola del desierto.

Mi esposa Tary y yo reafirmamos viejas amistades y disfrutamos de Mayagüez que, después de 50 años, sigue siendo una ciudad preciosa, limpia, iluminada, ordenada y llena de gente afable y cariñosa.

Lamentablemente existen problemas. De los 2,000 jóvenes que se graduaron, es probable que el 90% se haya ido de la isla a gestionar trabajo en los Estados Unidos. Eso es un negocio de “capa-perro” para el pueblo de Puerto Rico. Preparar los mejores cerebros del país durante más de veinte años, para entregarlo a las metrópolis del norte, no es bueno ni saludable para el desarrollo económico del pueblo de Puerto Rico.

Pero no son sólo los estudiantes del Colegio, pues otras universidades graduaron cerca de 20 mil estudiantes adicionales este año. Creo que una proporción semejante abandonará la isla. Y como si esto no fuese poco, me dicen que doctores, maestros y profesionales de todo tipo, empacan y se van.

De acuerdo al “Perfil del Emigrante”, un estudio que realizó el Instituto de Estudio de Estadísticas del gobierno de Puerto Rico señala que cuatro veces más personas emigraron este año que en el 2011. O sea, cuatro veces más, en menos de dos años.

Parece ser que el modelo económico del Estado Libre Asociado (ELA) está agotado. Por ejemplo, de las 1,500 escuelas públicas, sólo se registraron este año 420,000 estudiantes, de medio millón que se registró hace una década. Lo que muestra una clara reducción de la población.

La población actual de Puerto Rico es de 3.7 millones de personas y se proyectan 2.3 millones para el año 2050, una reducción marcada. Lo increíble es que ya viven 4.9 millones de puertorriqueños en los Estados Unidos, o sea, viven más puertorriqueños en el norte que en la isla.

La inseguridad ciudadana juega también su rol. Los asesinatos anuales son seis veces más alto que en cualesquiera de las ciudades de los Estados Unidos, según Héctor Pesquera, Superintendente de la Policía, afirma que “si estas cifras existiesen en alguna ciudad de los Estados Unidos, hace rato que al Estado Libre Asociado lo hubiese declarado el Gobierno Federal en estado de emergencia”.

Pero si el problema poblacional es crítico, asimismo van las finanzas de la isla. Los impuestos al consumo, que se estiman para este año en 553 millones de dólares, serán 244 millones menos que hace cinco años.

La deuda del Puerto Rico es de 70 billones de dólares y como porcentaje del Producto Bruto Interno resulta muy elevada en comparación con los otros Estados de la Unión.

Así las cosas, muchos economistas están preocupados porque las agencias de calificación crediticias están devaluando los bonos de Puerto Rico. Todavía más, algunos alarmistas afirman que Puerto Rico podría entrar en un proceso de quiebra como Detroit y Stockton en California. Pero ni eso es posible. De acuerdo con opiniones expertas, Puerto Rico no es elegible para declararse en bancarrota, pues según las leyes municipales y estatales de bancarrotas federales: la deuda del Estado Libre Asociado, al no ser un Estado de la Unión, habría que tratarla como deuda externa de la nación. Es decir, deuda del Gobierno Federal.

No estoy muy seguro que eso sea así y, me suena algo irracional. Pero, si eso es cierto, esto sería una posible solución, o sea, que el Gobierno Federal asuma la deuda. Lo dudo, pues eso implicaría un precedente que otros Estados podrían reclamar y se armaría la de San Quintín.

Creo que Puerto Rico debe enfrentar y resolver de una vez por toda el problema de su estatus político. Para la isla, el estatus viene amarrado al crecimiento económico. No pierdo la esperanza de que del proceso de la crisis surja un nuevo liderazgo de la talla de Luis Muñoz Marín y de Luis Ferré, que rescate al gran y noble pueblo puertorriqueño.

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