Puerto de tránsito para las drogas

Puerto de tránsito para las drogas

CARACAS (AP) — Un bimotor sobrevuela a baja altura las costas de la República Dominicana mientras tres hombres en un bote pesquero recogen los fardos herméticos que acaban de caer en el mar. Luego los individuos divisan aviones estadounidenses y británicos. Arrojan los fardos al mar y tratan de huir, pero el motor se para.

Una videograbación efectuada por sus perseguidores muestra su arresto y el rescate de media tonelada de cocaína por un helicóptero de la armada británica. 

Rastreado por Estados Unidos, el vuelo del 12 de mayo se había originado en Venezuela, que según funcionarios antinarcóticos estadounidenses, europeos y colombianos dicen se ha convertido en la vía de menor resistencia para los contrabandistas de la cocaína colombiana. Las cargas de drogas procedentes de Colombia entran en Venezuela prácticamente sin impedimento y después salen por toneladas en barcos y aviones que llevan la carga a los mercados multimillonarios de Estados Unidos y Europa, dicen los funcionarios. Agregan que la corrupción a alto nivel también ha hecho de Venezuela un refugio importante para narcotraficantes prófugos de la ley. 

La cocaína que pasa por Venezuela ha aumentado en hasta 30 toneladas anuales desde el 2002 para alcanzar unas 300 toneladas en el 2006, según el embajador estadounidense William Brownfield. Eso equivale a un tercio del suministro mundial.  “Caracas está remplazando a Bogotá como centro de todo lo que es operaciones en materia de drogas”, dijo Mildred Camero, que fue la principal funcionaria antidrogas de Venezuela hasta que denunció corrupción a alto nivel y fue despedida en el 2005. 

Los aeropuertos venezolanos son tan penetrables que el contrabando aéreo ahora representa un 30% del tráfico de cocaína y heroína procedente de los Andes, en comparación con un 10% hace dos años, dijo el almirante estadounidense Jeffrey Hathaway, director saliente del comando multinacional que coordina la interceptación de las drogas en la región. 

De 46 supuestos vuelos de drogas detectados en el Caribe por la vigilancia estadounidense en el primer cuatrimestre del 2007, 40 se originaron en Venezuela.  “Es preocupante.

Es histórico”, dijo José Luis Santiago Vasconcelos, que fue el principal fiscal mexicano el año pasado cuando las autoridades se incautaron 5,5 toneladas de cocaína en un DC-9 procedente de Venezuela. Desde la década del 90 no llegaba cocaína a México en aviones tan grandes.

En febrero, otra tonelada fue incautada en México en un vuelo desde Caracas.  La mayoría de la cocaína destinada a Estados Unidos sigue viajando al norte por mar —a menudo en combinaciones sincronizadas de lanchas rápidas, barcas pesqueras y cargueros— vía el Caribe y el este del Pacífico hacia México y América Central, para cruzar la frontera de Estados Unidos por tierra.

Pero a medida que las autoridades han perfeccionado sus interceptaciones por mar y que México logra reducir los embarques por tierra, las autoridades antidrogas dicen que Venezuela está suministrando una alternativa.  Se cree que la mayor parte de la cocaína destinada a Europa pasa por Venezuela y sigue a naciones del Africa occidental donde la vigilancia policial es débil y sus efectivos fácilmente sobornables, dijo Hathaway en la sede del comando en Cayo Hueso, Florida. 

“El motivo por el que nos resulta muy difícil detener esos vuelos es que parecen vuelos comerciales legítimos”, agregó Hathaway, contralmirante de la Guardia Costera que se retiró el mes pasado como titular de la Fuerza de Tareas Conjunta Interagencias-Sur.

“En Venezuela no hay capacidad o no hay voluntad para detener estos vuelos”.  La cuestión está muy politizada ya que el presidente venezolano Hugo Chávez ha dicho que las críticas internacionales son injustas y que se proponen “satanizar” a su gobierno. 

Venezuela ha aumentado sus incautaciones de drogas en los últimos años y ha arrestado a algunos traficantes, pero los críticos dicen que debería hacer mucho más para desarraigar la corrupción endémica, mejorar la eficiencia policial y cooperar con otros países para contener el flujo de cocaína.  El comando multinacional recibe pistas de agentes de drogas y de aduanas en tres continentes.

Sus barcos, aviones, satélites espías y radar vigilan 109 millones de kilómetros cuadrados (42 millones de millas cuadradas) desde la mitad del Atlántico hasta el este del Pacífico.

Entre los países participantes se encuentran España, Francia, Gran Bretaña, Canadá y Holanda.  También participan todas las naciones andinas productoras de drogas con la excepción de Venezuela, que no ha enviado un sustituto desde que su enlace, un coronel de la fuerza aérea, se retiró este año.  En los doce meses hasta el 14 de septiembre del 2004, la vigilancia estadounidense rastreó 38 supuestos vuelos de drogas de Venezuela al Caribe, México y Centroamérica. El año siguiente la cifra creció a 64 y el siguiente a 115.

En los seis meses y medio hasta el 13 de marzo del 2007 hubo otros 99.  En una entrevista con la Associated Press el 9 de junio, Chávez dijo que su gobierno había asestado los golpes más fuertes contra el narcotráfico en la historia de Venezuela.

  “Los golpes más duros que se le han dado al narcotráfico en toda la historia venezolana se los hemos dado nosotros”, aseguró.  El teniente coronel Néstor Reverol Torres, coordinador Nacional de la Comisión de Participación Ciudadana, Poder Popular y Orden Interno, que conduce la lucha contra las drogas, asegura que Venezuela coopera activamente. 

“Venezuela siempre ha sido un país que se ha dedicado a la guerra contra la droga”, afirmó Reverol.

 “Estamos ejerciendo acciones. Nosotros no hemos quedado con los brazos cruzados”.

 En septiembre, por ejemplo, agentes dominicanos recibieron pistas de las autoridades venezolanas que les permitieron capturar 2,2 toneladas de cocaína en un contenedor con destino a Bélgica. Y en junio, Venezuela capturó 2,3 toneladas de cocaína cuando los contrabandistas se aprestaban a cargarla en un avión privado con destino al Africa en el aeropuerto internacional de la isla Margarita. Entre los arrestados había seis policías. 

Sin embargo, altos funcionarios policiales y militares colombianos dicen que Venezuela ofrece escasa cooperación para la interceptación de las drogas. Y Antonio Mazzitelli, de la Oficina sobre Drogas y Delito de las Naciones Unidas, responsable para el Africa occidental, dijo por teléfono desde Dakar, Senegal, no saber de capturas en su región que hubiesen derivado de informaciones suministradas por Venezuela.  Un oficial de inteligencia naval holandés en la isla caribeña de Cura‡ao, el comandante Frank Hermans, lamentó la escasez de datos de inteligencia de Venezuela, a sólo 65 kilómetros (40 millas) de distancia.

 “Unicamente la vigilancia nos permite encontrar blancos de interés procedentes de Venezuela”, dijo.  La agencia estadounidense antidrogas DEA todavía tiene unos diez agentes en Venezuela, pero sus operaciones se han visto restringidas desde que Chávez suspendió la cooperación formal en agosto del 2005 acusando a la DEA de espionaje.

  El Departamento de Estado estadounidense dice que Venezuela no ha perseguido a los grandes narcotraficantes y le acusa de arrestar sólo a figuras de segundo nivel. En septiembre, cuando Chávez extraditó a un hombre al que calificó de alto traficante colombiano, funcionarios de Colombia dijeron que era una figura secundaria. 

El extraditado, Farid Feris Domínguez, dijo a los investigadores colombianos que varios funcionarios venezolanos de alto rango le habían ayudado.

Su abogado dijo a la AP que Ferris incluso obtuvo un pasaporte diplomático venezolano.  El ministro de justicia venezolano Pedro Carreno dice que las autoridades investigan las afirmaciones de Feris pero conjeturó que podría estar mintiendo para satisfacer a los fiscales estadounidenses que buscan su extradición. 

Pese a las tensiones, Venezuela sigue trabajando con la DEA y en marzo entregó a las autoridades estadounidenses a un norteamericano buscado en Dakota del Sur por supuesto tráfico de anfetaminas.

 Pero Camero, ex jueza y ahora consultora cuyos clientes incluyen la embajada estadounidense, dijo que el narcotráfico empeoró después del desmantelamiento en el 2005 de una fuerza especial antinarcóticos entrenada y equipada por la DEA.

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