Puja poder PLD

Puja poder PLD

Ubi Rivas.

A un año de la hasta ahora segunda administración constitucional del presidente Danilo Medina, las pujas grupales reverberan en el escenario político, con los condimentos de anomias en las materias de un gran desorden administrativo reflejado en una elefantiásica como irresponsable deuda externa, inseguridad ciudadana, caos en el transporte público, haitianización como nunca en la historia, más el adobo de la corrupción que alcanza decibeles estruendosos.
Sospechoso es el silencio del ex presidente Leonel Fernández para describir con la ampulosidad con la que suele hacerlo en sus maratónicas entregas en la página dos de Listín Diario cada lunes, lectura para sin oficios, los servicios de inteligencia gubernativos y algunos exégetas en maromas verbales de cafeterías. Pura retórica sin consecuencias.
La destitución del director de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (0pret), es interpretado allende al área gubernativa, como la reiteración no solo de una puja grupal entre el ex presidente Fernández y el presidente Medina, sino como una herramienta de descrédito para el primero como hizo el segundo para dañar su reputación disponiendo regresar al país al confeso y condenado narcotraficante Quirino Castillo.
La reiteración de esos agravios innecesarios e inmerecidos contra el ex presidente Fernández resultan muestras palpables de la inseguridad que permea la psiquis presidencial por la anomias referidas, que encadenan y lastran su estilo de gobernar, además de reafirmar la desconsideración a quien fuera su subalterno, quien nunca esgrimió bajezas en su contra.
Los distanciamientos entre las dos figuras con endosos de liderazgos en el PLD auguran más que una división mediática, un peligro con miras al evento electoral 2020, no solo por aquello de quien divide, traiciona, también el hastío generalizado al PLD como gobierno, por aquello de que lo poco agrada, y lo mucho, enfada.

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