Pujols afectado por las dudas de esteroides

Pujols afectado por las dudas de esteroides

POR DAN DALY
Del Washington Times

¿Te gustaría ser Albert Pujols ahora mismo? No hablo de sus 22 jonrones en los primeros 44 partidos de los Cardenales; a cualquiera le gustaría ser ese Albert Pujols.

Hablo de las sospechas alrededor del béisbol, todas las dudas con las que tiene que lidiar el Príncipe Albert.

“Estoy enfermo y cansado de escuchar a la gente decir que no tengo 26 años”, dijo Pujols el domingo luego de sacar otra bola del parque. “Sé la edad que tengo y sé que no uso nada de las cosas malas que la gente está hablando que uso”.

Nuestro “pasatiempo nacional” se ha convertido en el Juego en el Que no se Puede Confiar. Los fanáticos han tenido problemas para decidir qué es real. La guía de prensa dice que Pujols nació el 16 de enero de 1980 en la República Dominicana, pero hemos oído los chistes de las actas de nacimiento en la República Dominicana. Fácilmente podía haber nacido el 19 de enero de 1680.

Entonces cuando alguien dice que Pujols tiene más jonrones a esta edad (223) que Hank Aaron (219 a los 27 años) – y casi el doble de los de Barry Bonds (117) – decimos, ¿Qué edad será esa? ¿Sabe Albert eso?

Y cuando alguien comienza a disparar jonrones en un ritmo récord, uno que excede totales previos, nuestra antena vuelve a subir. Nos preguntamos si el toletero está tomando hormona de crecimiento, o alguna otra medicina que no sea detectada.

Ese es el clima del béisbol hoy en día. No es que los jugadores sean presumidos culpables, es que ya nadie es presumido inocente como en los viejos tiempos.

El asunto de la edad es disparate. ¿A quién le importa que Pujols tenga 26, 27 o lo que sea? Es decir, el hombre está registrando números tipo Lou Gehrig.

¿Pero son legítimos esos números? Es lo que mucha gente se pregunta luego del escándalo de BALCO.

Pujols podría estar tan limpio como una pelota nueva, pero sus logros serán cuestionados pues es el mundo en que vivimos.

Y es un mundo creado por Bonds y Mark McGwire y Sammy Sosa y José Canseco y otros de su calaña. Ese, últimamente, es su legado. En vez de traerle gloria al juego, trajeron escepticismo.

Versión (Dionisio Soldevila Brea). –

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