La construcción de la Termoeléctrica Punta Catalina ha resultado ser el Chapulín Colorado para el sistema energético de Republica Dominicana, pues se vendió como el súper héroe que salvaría al pueblo dominicano de los apagones.
El costo de esta magna obra sobrepasa los 3 mil millones de dólares, del dinero del patrimonio dominicano y que será pagado por cada uno de los ciudadanos, que hoy no ven la solución del mal neurálgico de los apagones.
Los apagones se sienten hoy, como en los años 80 y 90, en los gobiernos de Balaguer, la gente se queja de las largas ausencias del servicio energético, angustiado por las altas temperaturas y sin poder encender un ventilador en las noches y descansar.
La queja de los usuarios que cumplen con el pago de sus facturas ven a Punta Catalina como el Chapulín Colorao, que en vez de ser héroe se muere del miedo, es torpe, débil, tonto, etcétera, y consciente de esas deficiencias se enfrenta al problema, sin tener una solución del mimos.
Hoy la obra no ha cumplido con sus mestas, pues en los sectores de la capital los apagones duran hasta 10 horas diarias, lo que se traduce en grades pérdidas para los comerciantes.
Los dominicanos hace rato que escucharon el “No contaban con mi astucia”, presido de un golpe, que ésta vez el golpe lo recibió el pueblo, no el Chapulín Colarao.
“Estamos viviendo en carne propia los apagones y nadie dice nada, como es posible que estos se estén produciendo en tiempo que se habla de Punta Catalina”, dijo el presidente de la Confederación de Comercio de Provisiones y Pymes de la República Dominicana (Confecomercio), Gilberto Luna.
“Síganme los buenos” dice el Chapulín, mientras los apagones siguen dando un malestar al pueblo dominicano.