Punta Catalina en el escenario

Punta Catalina en el escenario

El Gobierno concibió el proyecto energético de Punta Catalina para afincar su punto de apoyo en la negociación del Pacto Eléctrico. Los 700 megavatios del dueto de plantas son una proporción significativa de la oferta eléctrica, y al ser producidos a los bajos costos que garantiza el carbón, dan al Gobierno una posición fuerte para gestionar un abaratamiento de la energía, cuyo alto costo es uno de los principales obstáculos para la competitividad del país.
Ahora que el Gobierno anuncia su propósito de vender al sector privado acciones de Punta Catalina por US$1,000 millones, es inevitable preguntar cómo podría esta venta afectar la posición oficial en las negociaciones del Pacto Eléctrico y, fundamentalmente, su expectativa de lograr el abaratamiento del costo de la electricidad. Esta inquietud surge al margen de las causas, según parece de índole financiera, que han obligado al Gobierno a optar por la venta de acciones.
La venta tiene la virtud de que dotaría al Gobierno de recursos frescos para cubrir compromisos, entre ellos algunas vinculados a la financiación de Punta Catalina, pero posiblemente debilitará la posición fuerte que tendría siendo único dueño de las plantas, propiedad que podría compartir más adelante, una vez logrados los objetivos que dieron lugar a la iniciativa de construir la generadora de carbón.

Humildad como mayor grandeza

David Ortiz concluyó ayer su paso por las Grandes Ligas con unos envidiables numeritos de desempeño que explican por qué es el Big Papi. Los cuadrangulares y otros imparables que sustentan su posición en el ranking describen la grandeza de su poderío. Y su contextura física y estado de salud sugieren a muchos la idea de que, si así quisiera, David Ortiz podría mantenerse unos cuantos años más dando de qué bien hablar.

Pero David decidió retirarse a su manera, con calificaciones bien posicionadas que le garantizarían ricas ofertas. No quiere esperar la baja. Se va a disfrutar los años que le quedan con la familia, su más valioso patrimonio, y atender la fundación con la que ha ayudado a muchos niños. Si los números de su hoja le hacen grande, su humildad aún mucho más. Buena suerte, Big Papi.

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