Los apologistas del proceso de capitalización de las empresas públicas, especialmente de la otrora CDE, persisten de manera mitómana en presentar esa obra como un hecho exitoso para la República Dominicana. Nada más falso que eso y lo evidencia sus resultados. Veamos:
Los heraldos neoliberales que asaltaron al PLD en el primer gobierno de esa organización política, prometieron la desaparición de los apagones una vez traspasadas las empresas eléctricas al sector empresarial, sin embargo, diecisiete años después esto no ha ocurrido.
Las cajas locales de resonancia acústica de los Chicago Boys le vendieron a los dominicanos que reduciendo el Estado a un parásito regulador, y entregando las empresas públicas al empresariado, bajaría la tarifa eléctrica en el país. Contrario a esto, el precio del kilovatio hora hasta se triplicó en varias ocasiones, especialmente en la gestión de Celso Marranzini, que solo en tres años aumentó cerca del 30%.
La cofradía de discípulos de Milton Friedman, sean estos ilustrados o arrastrados a su pensamiento económico, le dijo a este pueblo que los aportes anuales que hacía el Estado antes de la capitalización, desaparecerían, pues con la entrada de los dioses del Olimpo al sector eléctrico, no serían necesarios más subsídios. Irónicamente después de la Capitalización el Estado dominicano tiene que desembolsar cada año hasta diez veces lo que aportaba antes a la CDE por concepto de subsidio y energía de las instituciones públicas, monto que rondaba los 150 millones de dólares. El sector privado convirtió esa suma en aportes estatales anuales que oscilan entre los 1,200 y 1,500 millones de dólares.
A esta lista de fracasos de la Capitalización de la CDE debe agregarse los incumplimientos contractuales de los generadores privados. Tal es el caso de su responsabilidad de abastecer la demanda eléctrica creciente de la nación, para lo cual era necesario que el sector privado instalara por lo menos 150 megavatios cada año. Eso no ha ocurrido, de ahí nace la necesidad de la construcción de las plantas de de Punta Catalina.