Puntarena: motor de desarrollo de Peravia

Puntarena: motor de desarrollo de Peravia

El exitoso consorcio Puntacana se encuentra inmerso en la celebración de sus 50 años de haber iniciado sus tímidas operaciones en la costa oriental, y han coincidido las mismas, con el anuncio de la terminación de dos edificios de 18 apartamentos cada uno, para el arranque del atractivo proyecto de Puntarena en el extremo occidental de la provincia Peravia.
Tal acontecimiento es un hito para los banilejos, que por tanto tiempo, anhelaban ver de como se aprovecharía la playa de Los Corbanitos, que con sus tranquilas aguas, invitaba al descanso a la entrada de la bahía de Las Calderas.
Transcurrieron muchos años, unos 50, desde que aquel malogrado y soñador empresario banilejo Luis Manuel Tejeda deliraba con el desarrollo de Los Corbanitos que se mantuvo virgen y con pocos visitantes que se arriesgaban por los caminos de tierra desde Sabana Buey, o por el mar, desde Salinas para llegar a la orilla de la playa. Tejeda luchó y sufrió por perder su fortuna hasta que el consorcio de Puntacana, con gran visión del futuro turístico de su presidente Frank Rainieri, desempolvó y liberó de su deuda el proyecto rescatándolo de manos del banco acreedor que lo había hipotecado. Se iniciaría el desarrollo de un proyecto inmobiliario turístico distinto a los demás desarrollados en el país de todo incluido.
Hoy, 36 apartamentos se exhiben como fruto de la confianza de los inversionistas, en un atractivo proyecto para tener el adquiriente una segunda vivienda a orillas de un mar sereno con puestas de sol espectaculares como solo la Naturaleza en la Bahía de Ocoa puede ofrecérsela a los humanos.
La ubicación de la playa revela que tiene una gran protección natural en cuanto a las devastadoras crecientes que alguna vez hizo el río Ocoa. Este tropieza con esas lomas y descarga su caudal, cuando lo tiene, en la bahía de Ocoa. El arrastre milenario de las crecientes de ese río se reflejan en un simple recorrido a lo largo de su lecho desde Sabana Larga en San José de Ocoa hasta su desembocadura. El proyecto de Puntarena está protegido por los cerros que la rodean incluyendo la llamada Loma del Burro. Esta era el blanco de la Armada cuando realizaban maniobras con fuego real y los cañones de las embarcaciones apuntaban hacia las laderas de la loma y protegiendo como una barrera al otro lado de la loma donde está ubicado el poblado de pescadores y turistas de Palmar de Ocoa.
Rainieri, junto a su socio de toda la vida Ted Kheel, ha sido el innovador de Puntacana, que con su exitoso aeropuerto, domina el cielo dominicano en cuanto al aterrizaje de aeronaves, preñadas de turistas, cumpliendo con la misión de abrir el cielo dominicano al exterior. Todo muy distinto a lo que ocurría en los años 70 del siglo pasado cuando tan solo operaba el aeropuerto de Cabo Caucedo e iniciaba lentamente las operaciones el aeropuerto La Unión de Puerto Plata.
Puntarena nace en un momento trascendental del afianzamiento del turismo con esta primera etapa de los condominios de playa como segunda vivienda de quienes desean retirarse o aprovechar para alquilar los en los tiempos que estén desocupados. La extensa playa de Los Corbanitos se aprovecha y en otra etapa ya sería la construcción de hoteles. Mientras tanto, con el acogedor club de playa y los 36 apartamentos, un nuevo dinamismo adquieren Sabana Buey y Las Calderas. Desde ya se proyecta la bahía con un potencial increíble para el futuro.
Puntarena continúa avanzando en lo que se viene haciendo en la provincia Peravia con las plantas eléctricas de Punta Catalina, ahora con la entrada en operación del Parque Eólico de Matafongo y permite asegurar que los astilleros de Ciramar en la parte sur de la bahía continúen sus operaciones y consolida el turismo de Salinas con el hotel, el club de playa y las operaciones de las salinas de Puerto Hermoso. La zona siempre está repleta de visitantes que disfrutan del baño, de la comida y explorar las imponentes dunas que nos hacen imaginarnos de estar en un desierto africano. Las brisas de la bahía permiten disfrutar de esos deportes extremos del velerismo que requieren la destreza y valentía de la juventud.
No sería utópico soñar que la bahía de Las Calderas podría servir ubicación de un puerto modal similar al de Caucedo pero más seguro en protección y resguardado de los huracanes. Naturalmente eso sería cuando la base naval se reduzca a una estación de vigilancia marina y sus amplios terrenos se conviertan en estacionamiento de miles de contenedores esperando su salida para el exterior.

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