Punteros en subdesarrollo

Punteros en subdesarrollo

El Índice de Desarrollo Humano para 2010, difundido por la Organización de las Naciones Unidas  hace unos días, nos otorga la posición 88 entre los 169 países que abarca este estudio.  

Se trata de una calificación que contrasta negativamente con los niveles de crecimiento económico sostenido que hemos logrado, inclusive cuando la peor crisis financiera global zarandeaba a países de gran poder económico.

Seguimos teniendo bajas calificaciones en materia de salud, con niveles  altos de mortalidad materna e infantil, con déficit de cobertura primaria para ciertas capas de la sociedad.

En materia de educación, la inversión es deficitaria y los índices de aprovechamiento, horas de enseñanza y escolaridad dejan mucho que desear. La baja calidad de la enseñanza sigue siendo un obstáculo para el desarrollo.

Nuestras calificaciones en la materia indican que el crecimiento de la economía no surte los efectos necesarios en la sociedad, y que los índices de  pobreza extrema, desocupación y mala calidad de vida son demasiado altos. No hay una transferencia de la bonanza económica hacia la base de la pirámide social.

En 2009 ocupamos la posición 74 del Índice de Desarrollo Humano, lo que significa que retrocedimos 7 puntos para seguir punteros en subdesarrollo.

Punteros en delincuencia

Un aspecto en particular del Índice de Desarrollo Humano,  en el perfil de país que nos corresponde, es la alta tasa de inseguridad ciudadana.

Nuestra tasa de robos, de 556.4 por cada 100,000 habitantes, está entre las más altas de la región, a pesar de que se han puesto en marcha programas especiales para contener la delincuencia.

Esta posición “ventajosa” habla muy mal de los programas de prevención del delito y de las políticas sociales destinadas a combatir los factores que alimentan la delincuencia.

Al margen de ese informe de las Naciones Unidas, se nos atribuyen calificaciones bastante altas en mortandad de delincuentes presuntos y reales a manos de autoridades que deberían ocuparse de entregarlos a la Justicia.

La seguridad ciudadana, como parte del conjunto de componentes de desarrollo humano, está también muy mal atendida.

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