José Mercedes Pérez 
Aunque la política fiscal y el clima para las inversiones son determinantes para la atracción de inversores, también es altamente importante campañas de promoción del país en el exterior, y cuyo programa ha estado realizando directamente el presidente Danilo Medina durante sus viajes al extranjero.
Sin embargo, hasta el momento no se han alcanzado los deseos que han primado para lograr que el Sur reciba inversiones en diferentes áreas, especialmente en el turismo, que ha sido el enfoque para sacar esa zona de la pobreza.
Existe la necesidad de liberar el 100 por ciento del pago de impuestos tributario y arancelario a los inversores que invierten en el Sur durante 30 años y facilidades financieras en la adquisición de terrenos del Estado en esa zona donde se edificarán obras de infraestructura, incentivos que irían acompañados de un programa promocional en el exterior.
Observamos que la Ley 28-01 sobre Desarrollo Fronterizo, que otorga incentivos para los empresarios que se instalen en las provincias Pedernales, Independencia, Elías Piña, Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez y Bahoruco, no ha sido acogida como se esperaba en los 16 años de vigencia, por lo que se impone su reforma.
Esa legislación no ha impactado en el desarrollo productivo ni en la creación de fuentes de empleo en la región, por lo que se requiere otra iniciativa más amplia y objetiva que se adapte a las nuevas condiciones del país.
Conforme con datos del Consejo de Coordinación de la Zona Especial de Desarrollo Fronterizo, hasta agosto de 2014 se habían instalado bajo el amparo de la Ley 28-01, 95 empresas, con una inversión de 14,913 millones de pesos, creando 9,774 empleos directos, siendo el 74 % mano de obra criolla, mientras que el 26 % restante era extranjera, principalmente haitianos, y en menor cantidad técnicos calificados de otras nacionalidades, que fueron traídos por inversionistas extranjeros para operar algunas maquinarias especiales.
Ojalá que se haga un estudio profundo sobre el impacto de la Ley 28-0.
