La pobreza no es novedad

La pobreza ya no es preocupación para los gobiernos, aunque en tiempo de campaña y promoción se incluye dentro de los principales aspectos a tomar en cuenta. En tanto, los organismos multilaterales se mantienen realizando estudios sobre la problemática, pero los esfuerzos serios para combatirla se quedan en los portafolios.

Cerca de la mitad de la población de República Dominicana vive en la pobreza, y poco menos de la tercera parte vive en extrema pobreza. Unas cifras alarmantes para cualquier país del primer mundo, pero lamentablemente para las naciones latinoamericanas esto no es novedad porque millones de sus habitantes viven en ese flagelo.

La pobreza es un problema complejo y multidimensional que se proyecta en muchos aspectos de la sociedad. Su existencia pone en peligro el más importante de los derechos humanos: el derecho a la vida y socava la dignidad del ser humano.

La brecha de la pobreza crece rápidamente en períodos de crisis y disminuye lentamente durante la recuperación del crecimiento.

Observamos que el país se perjudicó por la crisis financiera del 2002- 2004, lo  que llevó a más de un millón de dominicanos a la pobreza. Situación que generó que más del 40% de la población sea pobre y el 16% viva en la extrema pobreza. Muchas de las familias que no tienen como mantenerse sobreviven de las remesas que les llegan de sus familiares en el exterior, representando el 66% de su ingreso total.

El ingreso de remesas desde Europa se ha visto afectado por la crisis económica que ha impactado en las naciones de la zona euro, pero también los pobres han visto descender su nivel de vida luego de la reforma fiscal que entró en vigencia en enero pasado.

La pobreza amenaza la estabilidad política, la cohesión social y la salud ambiental del mundo. La solución no es simple, pero posible si todos los países  luchan para erradicarla.  Lo que se impone actualmente es la inversión en proyectos de desarrollo con miras la creación de fuentes de empleo, generación de divisas.