La expansión económica bajo un Estado de estabilidad, con baja inflación, disciplina fiscal y un clima favorable para los negocios, son aspectos esenciales que permitieron que en los últimos cinco años el país se ubicara en el segundo lugar entre las naciones de América Latina que atrajeron el mayor capital extranjero.
República Dominicana sigue atrayendo más inversiones que los vecinos. Desde el año 2013 la inversión extranjera directa (IED) registró un aumento en promedio de 6.3 por ciento, solamente superado por Panamá con un 15.7%, y el tercer lugar es ocupado por Costa Rica con 2.5%.
En los últimos seis años, es decir, del 2012 al 2018, el PIB de República Dominicana registró un crecimiento de 6.2%, y Panamá alcanzó un 5.8%. El PIB real anualizado del país fue el doble en conjunto de Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua, que alcanzaron 3.5%.
El peso de las inversiones extranjeras en las economías pequeñas es enorme. Hay que reconocer que Panamá dispone de un centro financiero internacional, una economía dolarizada e históricas facilidades para la instalación de empresas extranjeras. Estados Unidos tiene la mayor presencia, multinacionales de casi todos los sectores han aterrizado en su territorio, que les sirve como plataforma de expansión hacia otros países por su posición estratégica. A los inversionistas les resulta atractiva la zona franca de Colón, importante centro de distribución a nivel mundial en el norte de Panamá, y otras zonas económicas especiales, que ofrecen beneficios fiscales, laborales y migratorios.