Renegociar deuda (y II). Aunque la renegociación de la deuda externa evita la irrupción de una crisis financiera en el corto plazo no resuelve el problema, pero sí entendemos que lo posterga mientras se buscan alternativas para enfrentar la situación. El abaratamiento que se obtendría de una reestructuración es válido e importante para la economía. En tanto, se podría continuar haciendo diversos estudios y seminarios para calcular cuál es el monto del servicio de la deuda que sea soportable a la economía, hoy en día alcanza el 48% del PIB, lo que está llegando a un punto crítico si no se alcanzan alternativas adecuadas. Sin embargo, el problema de fondo es que tenemos que aumentar la generación de divisas a través de la exportación de bienes.
Es cierto que el valor de las exportaciones ha aumentado ligeramente con relación a la década pasada, pero también es cierto que implican cada vez más grandes importaciones. Hasta el momento el endeudamiento no representa peligro, pero continuamos tomando préstamos para pagar compromisos, lo que indica que caminamos hacia un nivel peligroso.
Lo que sí creemos es que si se reduce el endeudamiento neto, se reestructura la deuda mejorando su perfil en término de plazos y tasas de interés, el servicio podrá ser cubierto sin contratiempos para la economía y con ello se estaría garantizando la estabilidad. Lo que más llama la atención del monto de la deuda del sector público no financiero, que se ubicó en abril pasado en US$23,977.0 millones, es que los proyectos que se ejecutaron bajo este esquema no producen y si lo hacen no representan cuantiosos flujos de recursos financieros.
A ese panorama se une el déficit fiscal, lo que implica que reducir más las inversiones sería frenar la economía. Insistimos que reestructurar la deuda es alcanzar un respiro.
Sobre el pago del servicio de la deuda pública externa, el país cumple al pie de la letra los acuerdos con sus acreedores, como son el Club de París, para el caso del compromiso bilateral reestructurado y con los organismos multilaterales, banca privada y de bonos.