A siete meses de gobierno todavía diferentes sectores productivos del país están a la espera de que se definan planes específicos para la expansión de la  producción de bienes con productividad y calidad hacia la competitividad y las estrategias para esta establecer políticas y programas de promoción de exportaciones. Sin embargo, las importaciones se mantienen en ascenso.

Si apuntamos, sólo en este caso, que no es verdad que el sector agropecuario sin recursos financieros suficientes y con un Banco Agrícola, que es prácticamente la única entidad que financia en el campo, prestando a una tasa de 12 por ciento y con una cartera crediticia restringida de RD$7,000.0 millones, se conseguirá la eficiencia con tecnología de última generación para la competitividad en los mercados internacionales. La demanda de crédito en el campo está en RD$40,000.0 millones anuales, cuando la banca comercial sólo financia tímidamente en el sistema de pignoración de la producción de arroz.

En tanto, las instituciones que integran el sector agropecuario, es decir, Ministerio de Agricultura y sus dependencias, Instituto Agrario Dominicano, Banco Agrícola, y el Instituto Nacional de Estabilización de Precios, apenas disponen de un presupuesto global para este año de 11,609.9 millones de pesos.

En los demás sectores de producción de bienes, llámese las pequeñas y medianas empresas, no existe una línea de producción que se corresponda con la demanda internacional.

No existe el diseño organizacional de políticas de personal y las estructuras de incentivos de la agencia de promoción de exportaciones ni mecanismos de supervisión y mucho menos un sistema de producción definido dirigido hacia el mercado exterior. El año pasado el valor de las exportaciones registró un monto de 9,079.1 millones de dólares, siendo en el 2011 de US$8,612.2 millones.