Puntos de referencia y esclarecimiento en el crucigrama Medio Oriental

Puntos de referencia y esclarecimiento en el crucigrama Medio Oriental

POR YOAU BAR-ON
La manera irracional e injusta con la cual alguna prensa internacional y nacional cubre los actuales acontecimientos en Israel, lejos de ser un análisis crítico parece más un panfleto de alimento al terrorismo.

Muchos años se criticó a Israel por la ocupación. Sin embargo, ahora es evidente que el odio, la incitación y el rechazo a la existencia misma del Estado israelí, alentados por el terrorismo islámico y palestino, poco tienen que ver con aquella ocupación.

El 12 de julio el Estado de Israel sufrió un ataque transfronterizo desde territorio libanés. El ataque ocurrido en la frontera norte, por parte de la organización terrorista Hezbollah provocó la muerte de ocho soldados y civiles israelíes y el secuestro de otros dos.

Israel fue atacado en acción militar proveniente desde territorio libanés, atravesando la frontera internacional y penetrando en territorio israelí, sin que mediara – por parte de Israel – ninguna provocación.

Esta acción ha inducido la crisis en el Medio Oriente y se ha visto afectado el deseo de paz que año tras año ha deseado el pueblo hebreo. El Estado de Israel renunció durante años a gran parte de territorios procurando así, una mejor convivencia con los pueblos árabes vecinos, pero con mucho pesar y a raíz de estos siniestros secuestros y ataques, tanto por parte de Hamás como por Hezbollah, Israel debe defenderse.

El Estado de Israel a raíz de este bombardeo por parte de Hezbollah, partido que participa en el gobierno del Líbano, tiene que salvaguardar las vidas de sus ciudadanos e impedir que esta red terrorista siga lanzando misiles Katiuska hacia su territorio.

El objetivo del operativo israelí es doble: liberar a los soldados secuestrados y desterrar la amenaza terrorista del límite norte del país. Israel ve al Líbano responsable de esta situación, pues no solo ha irrespetado la Resoluciones 1559 del Consejo de Seguridad en el que se pedía el desarme de la organización terrorista, sino que ha permitido a miembros de Hezbollah el crecimiento abastecimiento de armas dentro de su territorio.

Israel, sin embargo, no tiene ninguna disputa territorial u otra con el Líbano y al igual en el caso de Hamás, la contienda no es sobre territorio o asentamientos (Israel se ha retirado del Líbano y de Gaza), sino sobre el derecho del Estado de Israel de vivir en paz y seguridad. En Medio Oriente existe un eje de terror y odio creado por Irán, Siria, Hezbollah y Hamás, cuyo objetivo es entorpecer toda esperanza de lograr la paz en la región. Siria alberga en su capital Damasco, a los cuarteles de varios grupos jihadistas palestinos, incluyendo a Hamás.

Le dieron refugio y apoyo logístico al líder de Hamás, Khaled Mashaal, que ha estado viviendo allí por varios años. Desde Damasco, Mashaal dirige a los terroristas dentro de los territorios palestinos quienes llevaron a cabo los recientes atentados contra Israel y sus ciudadanos, incluyendo el bombardeo al sur de Israel con misiles Kassam y la infiltración y secuestro del soldado israelí Guilad Shalit. Siria también apoya a Hezbollah, con el traslado de armas, municiones y activistas, a través del Aeropuerto de Damasco y los cruces hacia dentro de la frontera libanesa. Hezbollah no podría operar en el Líbano sin el claro apoyo sirio.

Irán es el principal benefactor de Hezbollah. Provee de fondos, armas e instrucciones a sus organizaciones terroristas. A los fines prácticos, Hezbollah es meramente un arma del régimen Jihadista de Teherán. Irán también ha influido considerablemente en la organización terrorista palestina, incluyendo a las Brigadas de Al Aqsa de Fatah y el grupo Iz a- Din al-Kassam de Hamás; les entrega fondos, instrucciones técnicas y directivas operativas.

Hamás y Hezbollah se rigen por una ideología jihadista extremista que llama a la destrucción del Estado del Israel – como parte de los esfuerzos para llevar a cabo la “Guerra Santa” contra los “Infieles”. Israel actúa con el objetivo de modificar la realidad en la frontera con Líbano creando las condiciones operativas favorables para el desarme de Hezbollah y el repliegue efectivo del Ejército del Sur del Líbano a la frontera israelí-libanesa. Este no es solo el interés israelí sino también del pueblo libanés.

Las tenebrosas sombras de Irán, siria y el fundamentalismo islámico rondan sobre los pueblos y ciudades de donde emanan columnas de humo a ambos lados de la frontera libanesa-israelí. Esas sombras tenebrosas están al mismo tiempo sometiendo y aplastando a la sociedad civil libanesa, que acababa de liberarse, por medio de una lucha heroica, de una larga colonización siria.

Israel no dejará que sus ciudadanos sean tomados, como rehenes, por parte de una organización terrorista, ni por un gobierno que no tiene voluntad propia para hacer frente a su responsabilidad básica de cuidar la paz, como miembro de la comunidad de las naciones. Si Líbano se niega a mantener su frontera en paz, Israel no tendrá más alternativa que actuar en defensa propia. Por tal motivo no permitirá chantaje y menos de organizaciones terroristas. Israel es un estado soberano con un ejército soberano. Sus asuntos, tanto en la guerra como en la paz, los ha llevado con estados soberanos, con gobiernos responsables frente a sus ejércitos regulares.

Israel entiende que, pese a que, en esta etapa, hay necesidad de acciones militares para defender a sus ciudadanos, neutralizando la amenaza, refleja desde las estructuras terroristas de Hezbollah en Líbano, al final del proceso se necesitará una solución diplomática (pero no con organizaciones terroristas). En este nivel, no hay ninguna diferencia esencial entre la posición de Israel y la postura de la comunidad internacional.

El autor es Embajador de Israel en República Dominicana

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