MOSCU (AFP) – El presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió ayer a Georgia contra toda provocación o chantaje, mientras su gobierno intensificó las presiones sobre Tiflis y la Duma amenazó con tomar medidas más severas frente a la ex república soviética. Al mismo tiempo, la policía moscovita llevaba a cabo una serie de registros y controles de la diáspora georgiana.
El mandatario ruso adoptó un tono amenazador al recibir a los líderes de los grupos parlamentarios en el Kremlin. No aconsejo a nadie dirigirse a Rusia recurriendo a la provocación y al chantaje, afirmó Vladimir Putin, refiriéndose a Georgia.
Antes, el presidente georgiano, Mijail Saakashvili, había declarado en un tono similar que Rusia no podía continuar intimidando a sus vecinos.
No se puede pretender haber accedido a la civilización moderna, a la democracia, al mercado y, al mismo tiempo, intimidar a tus vecinos, señaló en una entrevista con la radio BBC Four, donde dijo estar preparado para abrir el diálogo, aunque bajo ciertas condiciones.
Estas declaraciones tuvieron lugar un día después de la entrada en vigor de las sanciones rusas contra Georgia en el marco de una crisis desatada por la detención de cuatro oficiales rusos en Tiflis, acusados de espionaje por Georgia y enviados de regreso a Rusia.
Los diputados de la Duma (cámara baja del parlamento ruso), por su parte, amenazaron con tomar medidas más severas contra Georgia, a la que acusan de tener una política anti-rusa y anti-democrática.
Si el régimen georgiano continúa con su política anti-rusa y anti-democrática, Rusia, conforme a la decisión de sus diputados en la Duma, tiene derecho a tomar otras medidas, medidas más severas contra Tiflis, afirma una declaración aprobada en la Duma por 418 votos a favor, uno en contra y una abstención.
Al mismo tiempo, la policía de Moscú, que actuaba obedeciendo órdenes del ministerio del Interior, continuaba el miércoles sus allanamientos y operaciones contra la diáspora georgiana, muy importante en la capital rusa.
Estos días hemos recibido una circular que ordena medidas severas contra los georgianos que viven en Moscú, y sobre todo no dejar impunes ni siquiera los delitos insignificantes, dijo a la AFP un alto funcionario del departamento de lucha contra los crímenes económicos de la policía moscovita.
Según esta fuente, las fuerzas policiales tienen una lista de unos 470 nombres de georgianos -empresarios, comerciantes y propietarios de restaurantes- en la cual están trabajando.
Las autoridades rusas multiplicaron las operaciones contra establecimientos administrados por georgianos. En este marco, ordenaron el cierre del casino Kristall, en el este de Moscú, y llevaron a cabo una operación en el hotel Tiflis, en el centro de la capital rusa, utilizado por diplomáticos georgianos.
Putin justificó estas operaciones alegando que las personas involucradas eran sospechosas de actividades ilegales y anunció que transmitiría un proyecto de ley el miércoles a los diputados para regular la actividad de los establecimientos de juego.
La policía rusa también comenzó a verificar documentos en los mercados moscovitas, donde trabajan muchos georgianos.
El presidente de la comunidad georgiana en Rusia, Teimuraz Stutura, denunció al diario Kommersant que en cuanto los policías detienen a alguien con nombre georgiano, rompen sus documentos.
Estados Unidos, por su parte, pidió a Rusia que levantase las sanciones contra Georgia.
Sin embargo, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, consideró inútil una mediación de la OSCE o de algún otro en la crisis, en conversación telefónica con el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Karel De Gucht.