Putin espera romper hielo con Bush durante cumbre

Putin espera romper hielo con Bush durante cumbre

MOSCÚ (EFE).- El presidente ruso, Vladímir Putin, replicó ayer las críticas por el deterioro de la democracia en Rusia y afirmó que en su cumbre de Bratislava el jueves con su colega de EEUU, George W. Bush, espera contar con «un diálogo de amigos».

   Putin dijo esto en una entrevista a la televisión y radio de Eslovaquia, citada por agencias rusas, pocas horas después de que el propio Bush, de gira por Europa, adelantara que pedirá al Kremlin «renovar su compromiso con la democracia y el imperio de la ley».

   «Estamos en contra de que esa problemática se emplee como instrumento para alcanzar objetivos propios en política exterior, o para convertir a Rusia en un Estado amorfo, o para manipular a un país tan grande y tan importante para las relaciones internacionales como es Rusia», puntualizó.

   Agregó que «no cree» que éste sea el propósito de la nueva Administración de EEUU, ante todo «porque en el diálogo con el presidente Bush nunca habían surgido asuntos que complicaran nuestras relaciones».

   El jefe del Kremlin señaló que «una buena sugerencia, o incluso una opinión crítica, nunca está de más, porque ayuda», pero destacó que «en los llamados países de democracia avanzada tampoco faltan problemas con esa democracia».

   El líder ruso afirmó que Rusia hace 14 años «ya hizo su opción a favor de la democracia» y añadió que «los principios básicos y las instituciones de la democracia deben ser adaptados a las realidades de la vida actual de Rusia, a su historia y tradiciones».

   «Y esto lo haremos por nuestra propia cuenta», subrayó Putin, cuya administración es acusada por sectores liberales de restringir las libertades cívicas, suprimir elecciones directas, manipular la justicia y controlar la prensa y la libre empresa.

   Aunque señaló que en Bratislava está dispuesto a tratar «cualesquiera problemas», insistió en que por parte de Bush espera contar con «un diálogo interesado entre socios y amigos; éste es el diálogo al que estamos abiertos».

   «Desde luego, en ese diálogo pueden surgir diversos problemas, pero en cuanto a las relaciones fundamentales entre Rusia y EEUU estoy de acuerdo con mis colegas estadounidenses: estas relaciones, tal vez, nunca estuvieron en un nivel tan alto como ahora», dijo.

   Preguntado sobre si temía «preguntas molestas» en Bratislava, el presidente ruso comentó que con Bush, a pesar de ser amigos, no se reúnen «para ir al restaurante o al teatro, sino para trabajar».

   «Nuestro objetivo es hacer el resumen del trabajo conjunto de los últimos años y trazar planes para el futuro», tanto en los referente a las relaciones bilaterales, ante todo económicas y comerciales, como sobre los principales asuntos de la agenda internacional.

   Entre éstos, citó la situación en Irak y el conflicto de Oriente Medio, la polémica en torno al programa nuclear de Irán y la crisis desatada por el anuncio del régimen norcoreano de que posee armas atómicas y rompe las negociaciones.

   Putin destacó la importancia fundamental que tiene para Rusia y EEUU la lucha conjunta contra el terrorismo internacional, pero dijo que es un «enfoque primitivo» limitar la cooperación entre ambos países exclusivamente a ese ámbito.

   Como otro asunto crucial para toda la comunidad mundial, Putin señaló la importancia del «control de las armas atómicas» y de la colaboración en el régimen de no proliferación, como factor clave para «la paz, la seguridad y la estabilidad global».

   Al tiempo, Putin no mencionó la ayuda que Rusia presta a Irán para desarrollar su programa nuclear, ni las ventas de misiles a Siria y de armamento convencional a Venezuela, que Washington ha criticado con preocupación.

   En cambio, destacó el peso que Rusia, como gran potencia nuclear, tiene en calidad de interlocutor de EEUU tanto en asuntos de no proliferación como en los avances tecnológicos.

   «Rusia sigue siendo una de las mayores potencias nucleares, junto a EEUU. Tenemos armamentos nucleares que no posee nadie más en el mundo, aparte de Estados Unidos», dijo sobre la llamada «tríada» compuesta por misiles intercontinentales, aviación de largo alcance y submarinos estratégicos.

   Añadió que «Rusia desarrolla sus tecnologías y armas nucleares para garantizar su seguridad», y citó la lucha contra la pobreza y la creación de un «orden económico democrático» global como otras cuestiones que preocupan a Moscú y a Washington.

   Por último, Putin criticó las «revoluciones de terciopelo», los movimientos populares por la democracia, en algunos estados de la comunidad pos-soviética, como Georgia y Ucrania, que en opinión del Kremlin son animadas por Occidente para alejarlos de Rusia.

   El líder ruso indicó que «la democracia supone obedecer la ley», mientras que esas «revoluciones» rebasan la legislación y las constituciones de los países afectados, donde Rusia, subrayó, tiene sus intereses, pero a los que trata «como a iguales».

   Al tiempo, dijo que «es asunto de estos países cómo organizan su vida, si con ayuda de la revolución, o bien de acuerdo con la ley y la Constitución y mediante los institutos democráticos».  

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