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MOSCU (AP) El presidente ruso Vladimir Putin declaró ayerjueves que la prueba de misiles que realizó su país esta semana era una respuesta a los planes estadounidenses de colocar un escudo antimisiles en Europa.
Sugirió, a su vez, que Washington está emprendiendo una política imperialista que ha dado pie a una nueva carrera armamentista. En velada referencia a Estados Unidos, criticó el imperialismo en las relaciones internacionales y advirtió que Rusia continuará fortaleciendo su potencial militar para mantener un balance global estratégico.
No fuimos nosotros quienes iniciamos una nueva carrera armamentista, dijo Putin cuando le preguntaron sobre la prueba de misiles que efectuó su país la semana pasada. Putin explicó que las pruebas de los misiles, entre ellos uno que puede portar numerosas cabezas nucleares, era la respuesta del Kremlin al plan de Washington de colocar bases militares y un escudo de defensa en territorios del este de Europa que en el pasado estaban muy asociados con Moscú.
Condoleezza responde a Putin
La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, quien se encontraba en Alemania en una conferencia, dijo que su país está perplejo por la interpretación que Rusia le ha dado al plan de defensa. Queremos una asociación con Rusia del siglo XXI, pero a veces Rusia parece tener la mente en otra era, dijo Rice en referencia a las continuas suspicacias que abundaron durante la Guerra Fría a mediados del siglo pasado.
Putin se mostró critico también con la OTAN por no haber ratificado un acuerdo en 1990 que limitaba el despliegue de numerosas armas no nucleares en Europa. Nosotros firmamos, ratificamos ese acuerdo y lo implementamos. Retiramos nuestro armamento pesado de la parte europea de Rusia a puestos detrás de los Urales y retiramos a 300.000 soldados de allí, dijo Putin. ¨Y nuestros socios? Están llenando el este de Europa con nuevas armas. Una base en Bulgaria, otra en Rumanía, y (un sistema de defensa) en Polonia y un radar en la República Checa, se quejó. 2007
La democracia en Rusia
«Unas instituciones democráticas y una sociedad abierta no son para nada una fuente de debilidad», añadió Rice al recibir de manos del ex canciller Helmut Kohl el premio Eric Warburg por los esfuerzos que hizo en favor de la reunificación alemana cuando trabajaba con Bush padre en la Casa Blanca entre 1989 y 1991. La víspera, Rice ya se mostró frontalmente opuesta a su homólogo ruso Serguei Lavrov, en una reunión del G8 en la misma ciudad de Postdam.
En su repaso a los puntos de divergencia entre Washington y Moscú, Rice lamentó «las reticencias de Rusia para aceptar la asociación defensiva antimisiles» que Estados Unidos proyecta en el continente europeo.
«Creemos que Rusia debe ratificar un tratado sobre Fuerzas Convencionales en Europa (FCE) adaptado, y no suspender sus obligaciones», consideró Rice sobre el anuncio del Kremlin hace unas semanas de desentenderse de dicho acuerdo suscrito en 1990 por 22 países de la OTAN y del Pacto de Varsovia, por el que limitaban su despliegue militar en el continente.
Además, Rice trajo a colación la cuestión de Kosovo, que también había sido objeto de confrontación con Lavrov. «Nuestro desafío más urgente hoy es Kosovo. El statu quo es insoportable y la independencia, en un primer momento supervisada, es la única vía realista y deseable» para la provincia del sur de Serbia de mayoría albanesa, afirmó.
«Es ahora cuando hay que resolver el estatuto final de Kosovo», concluyó, Rice.
