MOSCÚ . — La explosión ayer en un supermercado de San Petersburgo fue un ataque terrorista, según dijo el jueves el presidente de Rusia, Vladimir Putin, añadiendo que se había frustrado otro atentado.
Al menos 13 personas resultaron heridas por la noche cuando explotó un artefacto en una zona de almacenaje para las bolsas de los clientes en un supermercado de la segunda ciudad más grande del país. El dispositivo contenía 200 gramos (7 onzas) de explosivos además de metralla para causar más daños, según los investigadores.
Nadie reclamó la autoría del ataque.
Putin hizo sus declaraciones en una ceremonia de premiación militar en el Kremlin, pero no ofreció más detalles. También dijo que se había frustrado otro ataque en San Petersburgo, sin dar más información.
El presidente ha hablado en el pasado de la operación militar rusa en Siria como un golpe preventivo contra el terrorismo en Rusia. Ha dicho que la amenaza de ataques en casa habría sido mucho mayor si no hubiera intervenido en Siria.
“Qué habría pasado si de esos miles (de terroristas) de los que acabo de hablar, cientos de ellos hubieran vuelto a nosotros, entrenados y armados”, dijo en declaraciones a agencias rusas de noticias.
El portavoz de Putin, Dmitry Peskov, declinó concretar qué había llevado a las autoridades a declarar que se trataba de un acto de terrorismo, aunque señaló que el hecho de que la bomba contuviera metralla demuestra “que fue un ataque terrorista en cualquier caso”.
Putin habló por teléfono este mes con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para agradecerle un aviso de la CIA que ayudó a impedir una serie de ataques en San Petersburgo, la ciudad natal de Putin.
Siete sospechosos vinculados con el grupo extremista Estado Islámico fueron detenidos en relación con esa supuesta trama, según el Servicio Federal de Seguridad. El Kremlin dijo que los detenidos pensaban atacar la catedral de Kazan y otros lugares con mucha afluencia de público.
Un atentado suicida en el metro de San Petersburgo dejó 16 muertos y más de 50 heridos el pasado abril. Las autoridades rusas identificaron al autor como un ciudadano ruso de 22 años nacido en Kirguistán.