Prigozhin, líder del os mercenarios, dijo este lunes que sus acciones eran para evitar la destrucción del Grupo Wagner
El presidente ruso Vladímir Putin arremetió el lunes contra los organizadores de la rebelión del fin de semana y señaló que eran unos “traidores” que beneficiaron al gobierno de Ucrania y de sus aliados.
La rebelión por parte de mercenarios armados duró menos de 24 horas, y fue la amenaza más grave hasta ahora para la autoridad de Putin.
Putin dijo que la nación se había mantenido unida y elogió a los mercenarios de base por no dejar que la situación desembocara en un “derramamiento de sangre”.
Horas antes, el líder de la rebelión, Yevgeny Prigozhin, defendió su breve insurrección. Se burló de los militares rusos, pero dijo que no buscaba dar un golpe de Estado contra Putin.
Putin no mencionó a Prigozhin en su discurso televisado, pero afirmó que los organizadores de la rebelión habían intentado obligar a los soldados del grupo “a disparar contra los suyos”. Putin culpó a “los enemigos de Rusia” y señaló que “calcularon mal”.
El Kremlin también mostró a Putin reunido con funcionarios de alto rango de las fuerzas policiales y del ejército, y a primera hora del día las autoridades publicaron un video del ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu —cuya destitución había exigido Prigozhin_, pasando revista a las tropas en Ucrania.
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Prigozhin dijo que sus acciones eran para evitar la destrucción del Grupo Wagner, su empresa militar privada. “Empezamos nuestra marcha por una injusticia”, manifestó en una declaración de 11 minutos, sin dar detalles sobre dónde estaba o cuáles eran sus planes.
La enemistad entre el propietario del Grupo Wagner y los mandos militares rusos ha ido creciendo durante toda la guerra, y estalló en una rebelión durante el fin de semana, cuando los mercenarios salieron de Ucrania para tomar un cuartel general militar en la ciudad de Rostov del Don, en el sur de Rusia. Aparentemente no enfrentaron oposición alguna durante cientos de kilómetros hacia Moscú, para cambiar de rumbo menos de 24 horas después.
El Kremlin dijo que había llegado a un acuerdo para que Prigozhin se trasladara a Bielorrusia y recibiera amnistía, junto con sus soldados. No se conocía su paradero el lunes. Prigozhin se jactó el lunes de que su marcha fue una “clase magistral” sobre cómo los militares rusos deberían haber llevado a cabo la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
También se burló de los militares por no proteger a Rusia, señalando las brechas de seguridad que permitieron a Wagner marchar 780 kilómetros (500 millas) hacia Moscú sin enfrentar resistencia.