AMAN (AFP).- El presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a cargar ayer, martes, contra Estados Unidos y lo que considera su “unilateralismo”, al asegurar que la Casa Blanca agita la “amenaza rusa” para llevar a cabo sus guerras e instalar su escudo antimisiles en Europa.

En el último día de su gira por Oriente Medio, el presidente ruso aseguró en Amán que Estados Unidos recurría “a la carta antirrusa para solventar sus problemas internos».

Putin ya arremetió el sábado pasado contra Washington, durante una conferencia sobre seguridad en Múnich (Alemania), al criticar su “unilateralismo” y su voluntad de dominio “desestabilizador”.

«Hace más de diez años que escuchamos lo que dicen nuestros socios en todos los ámbitos. Somos muy pacientes y tolerantes, pero tenemos la sensación de no ser comprendidos», declaró el dirigente ruso en la capital jordana.

«Hemos llegado a un punto en el que (Estados Unidos) comienza a agitar las llamadas amenazas rusas, que además son inexistentes, con el fin de pedir al Congreso fondos suplementarios para sus operaciones militares en Afganistán e Irak, así como para construir su escudo antimisiles en Europa», aseguró.

El presidente ruso se refería así a las declaraciones del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, quien la semana pasada comunicó la intención de su país de desarrollar sus capacidades militares para hacer frente a la incierta situación en varios países, entre ellos, Rusia.

La diplomacia rusia solicitó entonces explicaciones a Washington.

«Por otro lado», señaló Putin en Ammán, «todo lo que dije en Múnich lo dije abiertamente y francamente a nuestros socios estadounidenses. Estoy convencido de lo que dije. Es la verdad», aseveró.

Las relaciones entre el Kremlin y la Casa Blanca han atravesado varios capítulos de fricción en los últimos años, una vez pasado el momento de unidad demostrado tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

En mayo de 2006, Putin ya sorprendió con una salida de tono al acusar a ese país de «lobo» sin «ninguna intención de escuchar a nadie».

El presidente ruso, que dejará el poder el año que viene tras dos mandatos al frente del país, ha dedicado sus esfuerzos en devolver a Rusia un papel central en la escena internacional, tras el periodo oscuro que sucedió al desmantelamiento de la URSS.

En Jordania, se entrevistó con el rey Abdalá II para abordar la situación de los palestinos.

«Estamos de acuerdo sobre el hecho de que las negociaciones para formar un Estado palestino viable e independiente se deben acelerar», declaró el monarca al término de la reunión.

Antes de su partida de Amán, Putin mantuvo un encuentro con el presidente palestino, Mahmud Abas, con quien departió sobre el acuerdo concluido entre los movimientos palestinos Fatah y Hamas para la creación de un gobierno de unidad.

«Espero que este acuerdo permita el funcionamiento eficaz del gobierno palestino», señaló el presidente.

La etapa jordana del dirigente ruso estuvo precedida por sendas visitas a Arabia Saudí y Qatar.