Putin y Chirac sellan amistad

Putin y Chirac sellan amistad

MOSCÚ (EFE).- El presidente francés, Jacques Chirac, y su colega ruso, Vladímir Putin, apostaron ayer por reforzar los lazos económicos y de seguridad entre París y Moscú, y pidieron una «enérgica» acción común internacional contra el terrorismo.

Putin tuvo un gesto de deferencia con Chirac al recibirle en uno de los lugares más secretos de Rusia: el puesto de mando estratégico del que depende la seguridad nuclear de este país y que se encarga al tiempo de escudriñar los rincones más recónditos del planeta.

Por primera vez en la historia del centro vital de las Fuerzas Espaciales German Titov (que recibe el nombre del cosmonauta y héroe soviético) un mandatario extranjero pudo visitar las instalaciones que controlan los 130 satélites civiles, militares y de espionaje rusos.

Del Centro de Control y Pruebas Espaciales, situado a 45 kilómetros de Moscú, en el área «prohibida» de Krasnoznamensk, depende el 80 por ciento de los dispositivos y naves espaciales de Rusia.

Sus equipos radioelectrónicos son capaces de «rastrear» objetivos a miles de kilómetros en la Tierra y a millones de kilómetros en el espacio exterior.

Chirac, acompañado por Putin y su ministro de Defensa, Serguéi Ivanov, fue informado sobre algunos de los secretos mejor guardados desde la era soviética, aún hoy día codiciados por los expertos de la OTAN, el nuevo amigo de Rusia, del que, sin embargo, estos días recela casi como en tiempos de la guerra fría.

Y es que la ampliación consumada esta semana de la OTAN a siete países del este de Europa y el Báltico no por ser conocida de antemano ha causado menos inquietud en Rusia, donde el Parlamento ha clamado por aumentar la presencia militar en la frontera con los países bálticos.

El propio Putin señaló anoche, durante la visita relámpago a Moscú del canciller alemán, Gerhard Schroeder, que la ampliación puede obligar a Rusia a replantear su política militar, sobre todo en lo que se refiere a las fronteras que ahora comparte con la OTAN.

Chirac, como ayer hizo Schroeder, trató de convencer a Putin de que la entrada de Lituania, Letonia y Estonia en la Alianza no amenaza a Moscú.

La llamada a la calma de Chirac pareció tener éxito, pues, en la rueda de prensa que siguió a la cumbre, Putin explicó que «ninguno de los esfuerzos rusos orientados a asegurar la seguridad de Rusia deben entenderse como una amenaza contra alguien».

A continuación manifestó a Chirac que los sistemas rusos de armas más modernos, incluidos los de misiles estratégicos, «están abiertos a los socios franceses», como muestra de la «transparencia y apertura de Rusia en cuestiones de seguridad».

Chirac también obtuvo un compromiso de ayuda a la investigación espacial gala, en concreto en el sector de los satélites de órbitas bajas.

Ambos países también colaborarán en un programa de la Agencia Espacial Europea (ESA) para lanzar en un futuro naves de transporte Soyuz desde la Guayana francesa, aunque por ahora los cohetes rusos se seguirán despegando desde los cosmódromos de Plesetsk y Baikonur.

Según Chirac, estos proyectos ayudarán a la «integración» de las empresas europeas, incluidas las rusas.

En este clima de cooperación, la ESA adelantó en Moscú que está negociando con Rusia la realización de una misión de larga duración en la Estación Espacial Internacional (ISS) en la que participe un astronauta europeo.

Ambos líderes abordaron también la inminente extensión de la Unión Europea hasta las fronteras rusas.

Putin explicó que una de las prioridades de Moscú es el impulso a las relaciones con la UE de cara a la progresiva «unidad» europea; Chirac afirmó que Francia «estimulará» estos lazos con proyectos concretos.

Tanto Putin como Chirac coincidieron en que el terrorismo es una de las principales amenazas que puede frustrar la cooperación internacional y pidieron una acción mundial «más enérgica».

«Los recientes actos terroristas perpetrados en Moscú, Madrid y en otros países han mostrado que la comunidad internacional ha sido tomada por sorpresa, sin haber adoptado un sistema de acción solidaria conjunto», dijo Putin.

El presidente ruso defendió la necesidad de desarrollar «medidas efectivas para eliminar la red de terrorismo internacional y destruir su base financiera».

Chirac indicó que «nada puede justificar el terrorismo», pidió «combatirlo enérgicamente» coordinando los esfuerzos internacionales y dijo que es preciso «buscar soluciones» para acabar con los conflictos regionales de los que se nutre el terror.

Como colofón de la visita, Putin aceptó la invitación de Chirac para asistir a las ceremonias que en junio conmemorarán el sesenta aniversario del desembarco de Normandía.

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