Moscú.- EFE
Los presidentes ruso, Vladímir Putin, y chino, Xi Jinping, lanzaron ayer, jueves, un serio aviso a Estados Unidos con una declaración estratégica en la que condenaron tanto su política de contención, como la expansión de la OTAN en Europa y Asia, y las barreras comerciales impuestas por el presidente Trump.
Durante su reunión en el Kremlin, Putin y Xi aseguraron que su alianza, que definieron como un “factor estabilizador” en tiempos de incertidumbre geopolítica, no está dirigida contra ningún país.
La visita del líder chino a Rusia con ocasión del 80 aniversario de la victoria del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial fue una demostración de que, pese al reciente acercamiento con Putin, Trump no ha podido meter una cuña entre ambos países.
Por supuesto, hubo espacio para los llamamientos a renunciar a la mentalidad occidental de bloques propia de la Guerra Fría, a oponerse a la rehabilitación del nazismo y a adaptar la arquitectura internacional a las realidades del siglo XXI, de forma que reflejen el balance de fuerzas entre todos los miembros de la comunidad mundial.
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Putin y Xi aprobaron dos declaraciones políticas que reflejaron las tensiones entre el eje Moscú-Pekín y el que forman Washington y Bruselas. Las partes “tienen la intención de ampliar la cooperación y reforzar la coordinación con el fin de contrarrestar con firmeza la política de Washington de ‘doble contención’ de Rusia y China”, señala el documento. Las preocupaciones chinas sobre la expansión de la OTAN en Asia-Pacífico quedaron reflejadas en el texto.