Seúl.- Pyongyang mostró hoy al mundo el nuevo misil intercontinental que lanzó el miércoles, un modelo más grande y mejor diseñado que subraya los avances armamentísticos del régimen, pero que aún arroja dudas sobre la verdadera viabilidad del arsenal norcoreano.
Además de un breve vídeo de su lanzamiento, los medios norcoreanos publicaron hoy 42 fotografías del nuevo misil balístico intercontinental (ICBM), el Hwasong-15 (Marte-15 en coreano), disparado bajo la supervisión del líder norcoreano, Kim Jong-un, al que se ve sonriente antes y después del exitoso test.
Las imágenes muestran un proyectil de punta más redondeada y mayores dimensiones con respecto al primer ICBM que Pyongyang probó con éxito en dos ocasiones el pasado julio, el Hwasong-14, por lo se cree que es un modelo nuevo.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS) apoya esta tesis basándose en “claras diferencias, como la forma de la carga útil (la punta), el ensamblado entre la dos fases del misil o el tamaño”, detalló a Efe un portavoz del Ministerio de Defensa.
El nuevo diseño de la punta podría responder al desarrollo de un nuevo vehículo de reentrada con una unidad de impulso adicional e incluso orientado a transportar en el futuro más de una cabeza nuclear.
La mayor longitud del Hwasong-15 hizo necesario emplear para su transporte una plataforma autopropulsada (TE) de 18 ruedas (el Hwasong-14 usaba una de 16), que según medios norcoreanos ha sido “manufacturada” en el país. Sin embargo, se cree que es una versión modificada del WS-51200, una plataforma del fabricante chino Wanshan Special Vehicle del que Pyongyang adquirió en 2011 varias unidades especialmente modificadas para que no pudieran destinarse a uso militar.
El régimen las compró supuestamente para usarlas en la industria maderera, pero las ha empleado profusamente desde 2012 para su programa de misiles tras añadirles sistemas hidráulicos.
El gran diámetro del Hwasong-15 también ha llamado la atención de la comunidad de analistas, que creen que vendría dado por un cambio de motores y por una serie de inyectores añadidos con respecto al Hwasong-14.
Todo ello habría hecho posible el mayor impulso del misil, que voló 950 kilómetros y alcanzó un apogeo de 4.475 kilómetros -la máxima altura jamás alcanzada por un proyectil norcoreano- antes de caer al Mar de Japón (“Mar del Este” en las dos Coreas).