Ya se han definido los equipos que integrarán cada uno de los grupos de Qatar 2022, aunque el entusiasmo que ha generado el sorteo no acalló las críticas contra la próxima sede mundialista.
El Mundial comenzará el 21 de noviembre y terminará el 18 de diciembre, es decir, no tendrá lugar en el verano boreal -el invierno austral- como los mundiales anteriores.
Pero el inusual calendario, que se debe básicamente al caluroso clima de julio y agosto en el país árabe, no es la única duda que ha generado la designación de esta nación para uno de los eventos deportivos más populares del mundo.
El éxito de la candidatura catarí fue cuestionado desde que la FIFA (Federación Internacional de Fútbol) anunció en 2010 que este país, que nunca se había clasificado para un mundial antes, albergaría el campeonato en 2022.
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La decisión generó acusaciones de que miembros de la FIFA habían sido sobornados, pero una investigación independiente comisionada por la Federación de Fútbol no encontró ninguna evidencia.
Qatar ha negado todas estas acusaciones. Sin embargo, una investigación por corrupción por parte de autoridades francesas sigue abierta, y en 2020 Estados Unidos acusó a tres funcionarios de la FIFA de recibir pagos.
Aunque la designación de la nación árabe como sede fue la primera polémica, pero no la última.
Trabajadores extranjeros
Para el torneo, Qatar ha construido nuevos estadios, un aeropuerto, un sistema de metro y varias carreteras.
El gobierno ha sido criticado por el trato dado a los 30.000 extranjeros que han trabajado en estos proyectos.
En 2016, Amnistía Internacional (AI) acusó a la monarquía catarí de usar mano de obra forzada: trabajadores que vivían hacinados, pagaban para ser contratados, no cobraban a tiempo y tenían sus pasaportes confiscados.
Desde 2017, el gobierno catarí implementó medidas para proteger a estos trabajadores del calor excesivo, limitar sus horas de trabajo y mejorar las condiciones de los lugares donde vivían.
AI reconoció que algunas prácticas habías sido abolidas, como el kafala -un sistema que prohibía a los trabajadores migrantes dejar sus trabajos sin el consentimiento de sus empleadores-, pero añadió que aún sufrían de presiones por parte de sus patrones.
Human Rights Watch señaló en 2021 que los obreros extranjeros eran sometidos a «deducciones salariales ilegales y punitivas«, así como a «meses de salarios no pagados tras largas horas de trabajo agotador».
Ese año, la prensa británica afirmó que 6.500 de estos trabajadores -provenientes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka- habían muerto en Qatar desde que el país logró la candidatura.
El gobierno respondió que estas cifras son una sobreestimación, porque incluyen a miles de extranjeros que murieron después de vivir y trabajar allí durante muchos años, incluso en actividades que no estaban vinculadas con la construcción de la infraestructura mundialista.
Para Qatar, las cifras oficiales son 37 trabajadores muertos entre 2014 y 2020 vinculados a la construcción de los estadios.
El secretario general de Qatar 2022, Hassan Al-Thawadi, dijo a la BBC que «no importa lo que se haga, ya que nada va a compensar la pérdida de vidas».»Pero hemos hecho todo lo posible para poder ofrecer las indemnizaciones pertinentes a las familias, y hemos investigado todas las muertes, para tratar de encontrar la causa de fondo y garantizar que estas tragedias no se produzcan».La Organización Internacional del Trabajo (OIT) afirma que Qatar no ha contabilizado las muertes súbitas e inesperadas entre los trabajadores. Dice que entre ellas se incluyen los infartos y las insuficiencias respiratorias causadas por la insolación, que se registran como «causas naturales» y no «relacionadas con el trabajo».
Para La OIT, 50 trabajadores murieron y más de 500 resultaron gravemente heridos solo en 2021, y otros 37.600 sufrieron lesiones leves o moderadas.
Comunidad LGBTIQ+
Además de las condiciones laborales, la decisión de organizar el torneo en un país donde la homosexualidad es ilegal, ha sido muy criticada.
La coalición internacional de grupos que representan a los aficionados LGBTIQ+ ha presentado ocho puntos de acción sobre los derechos de estos seguidores que quiere que la FIFA y las autoridades cataríes apliquen antes de que comience el torneo.
Estas medidas incluyen la derogación de las leyes y reglamentos que atacan a las personas LGBTIQ+ y la provisión de garantías de seguridad contra el acoso o la detención.Hasta el momento, la coalición ha dicho que «el progreso ha sido lento» y que las respuestas del gobierno catarí «no han sido las adecuadas«.
Estas preocupaciones han llegado a los planteles mundialistas. El técnico de la selección inglesa, Gareth Southgate, dijo que sería «muy vergonzoso» que algunos fans no pudieran acudir a la Copa del Mundo por el miedo a cómo podrían llegar a ser tratados.
El jefe ejecutivo de la federación danesa, Joakob Jensen, anticipó que su selección no tendrá los logos de sus patrocinadores comerciales en las camisetas sino «mensajes que promoverán los derechos humanos».
No solo la comunidad LGBTIQ+ sino también las mujeres son motivo de preocupación en el primer país árabe que acogerá un Mundial.
Amnistía Internacional afirma que las mujeres siguen siendo objeto en el país «de discriminación en la ley y en la práctica».
Sin embargo, Al-Thawadi aseguró que todo el mundo será bienvenido y que la seguridad de los asistentes estará garantizada:
«Somos un país relativamente conservador, lo que significa que las muestras de afecto en público no forman parte de nuestra cultura. Pero la hospitalidad y la acogida de personas de diferentes partes del mundo en nuestro país forman parte de nuestra cultura».