Qué se dice 
El «manco» fiscal

<strong>Qué se dice  <br/></strong>El «manco» fiscal

Un problema mayúsculo es el que espera en el año 2007 a las organizaciones que lidian  con el impacto negativo de las drogas en la sociedad. Entidades como Casa Abierta y Hogares Crea podrían, inevitablemente, continuar en las graves precariedades  que les causa la falta de recursos, lo que se debe fundamentalmente a que el Estado les niega los niveles de subsidio que merecen.

A ello se agrega el vacío de sentencias definitivas que permitan recuperar para tareas de intereses social, bienes obtenidos por particulares a través del perverso comercio de las drogas. La ofensiva de reforma fiscal en marcha ha puesto énfasis sobre el consumo del alcohol y cigarrillos Y sobre el mundo de las apuestas, contándose seguramente con la posibilidad de que sectores de opinión pública acepten como válido  que los bebedores, fumadores y jugadores deban pagar una alta carga tributaria. Pero esa estrategia podría fallar, por lo menos respecto de la cerveza y el tabaco, pues se trata de sectores industriales  que tienen el lado  bueno de ser altamente productivos para la economía y generar muchos empleos. Si ahora en adición  el gobierno se muestra como un empeñoso recaudador  que descuida su obligación de dar  asistencia a las víctimas de vicios, su imagen de administrador fiscal quedará mal parada. Las autoridades estarían resultando buenas en el uso del brazo de cobrar y recibir; pero malas en el empleo del brazo de proveer para las buenas  causas.

 

Bernardo Defilló

  Estricto en lo ético, en lo profesional y en lo gerencial, el doctor Bernardo Defilló es un médico que ha prestado eminentes servicios al país.  Comenzó destacándose en los años que siguieron al ajusticimiento de Trujillo, cuando carismáticos dirigentes estudiantiles de su generación se dedicaron a organizar y activar a la juventud en el reclamo de   derechos en una lucha que fue determinante  para  encausar  democráticamente a la nación. Luego  obtuvo nombraría en el ejercicio de la medicina y  enla planificación de la salubridad, formando parte, más adelante, del equipo de forjadores del Sistema de Seguridad Social que por tantas dificultades ha pasado al enfrentarse a  poderosos intereses. Defilló nunca ha sido un hombre de quedarse callado y pasivo ante señales o hechos adversos a las causas con las que se ha comprometido. Por eso, desde la Superintendencia  de Salud y Riesgo Laboral

siempre elevó  su voz  para denunciar  los escollos sistemáticos que demoraron el inicio del Seguro Familiar, ya felizmente pactado para el  próxim oprimero de junio. La salida de Defilló de sus trascendentales funciones se consumó antenoche  en virtud de un  decreto del Poder Ejecutivo  sin que pudieran evitarlo aquellos que reconocen sus méritos.Es lamentable que se prescinda de sus servicios; más aún si fue sacado del cargo  sin la evaluación  previa a su relevo que la ley ordena.

 

Otros «dueños»

  Aunque los propietarios de autobuses  que se organizan en contundentes organizaciones sindicales  son criticados recurrentemente por actuar como si fueran «los dueños del país» porque imponen acciones y paralizaciones cuando les viene en gana, no son ellos los únicos que en este país hacen y deshacen en función  de sus intereses. Causando incluso más perjuicios  que los transportistas, existe el flagelo que le causan a la nación  los exportadores de metales, que ejercen en total libertad un comercio que viene a ser el trasfondo  del saqueo vil  que  sufren propiedades públicas y privadas por la sustracción de todo objeto metálico que esté a la vista, incluyendo líneas de telefonía, telecable y electricidad. Los robos ocurren ya al poco momento de que las compañías de esos servicios  repongan tendidos anteriormente robados.  Hace poco la Direccion de Aduanas prometió públicamente que exigiría a los  exportadores de cobre  demostrar el correcto origen de cada mercancía que embarcan, y no habían pasado 24 horas de este anuncio cuando la red eléctrica de la autopista las Américas fue robada por enésima vez. Los paños tibios de las autoridades han sido el mejor incentivo  al vandalismo y ni un solo control burocrático o persecución ha parado el intenso saqueo.  El tráfico sin restricciones de metales hacia el exterior se ha constituido en una práctica altamente lesiva y si el Estado no lo para en seco, su  pasividad  seguirá siendo considerada como la más efectiva  protección al bandidaje del robo de metales. 

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